PRESENTACIÓN

 

Óscar Sánchez Carrillo
Universidad Nacional Autónoma de México PROIMMSE-IIA

En México, como en Centroamérica y el Caribe, las historias de los Estados nacionales están atravesadas por diversos procesos migratorios. Existe una multiplicidad de causas que propician las migraciones de pueblos enteros, sin duda las causas principales son económicas, la falta de oportunidades de empleo, de educación y por la violencia generada en las localidades rurales y urbanas, además de los niveles de pobreza que han alcanzado tanto la República mexicana como los países del Istmo centroamericano y el Caribe. A estas causas podemos agregar también los cambios climáticos; por ejemplo, los huracanes Mich y Stan, que en la última década han ocasionado grandes desastres naturales y en consecuencia la desaparición y movilidad de comunidades tanto en el Soconusco y la sierra sur de Chiapas, como en los países de Guatemala, Honduras y El Salvador.
 
Los procesos de inmigración y de emigración poblacional ocupan un papel relevante en la agenda política no solo de México sino de igual manera de los países de la región centroamericana y el Caribe. Sin embargo, como apuntan algunos teóricos de las migraciones, la visión de corto plazo sobre los movimientos poblacionales entre países se percibe como posibles causas de múltiples conflictos sociales, sobre todo la visión predominante de las sociedades receptoras. Empero, en el largo plazo histórico, los desplazamientos migratorios de etnias, comunidades rurales y centros urbanos, se consideran como un gran motor de trasformación y cambio cultural. México es un ejemplo de estos procesos históricos de trasformación que las migraciones han dado origen (Ariza y Portes 2010).
 
En la actualidad, se estima que más de 12.5 millones de la población oriunda mexicana reside en otros países del mundo, donde Estados Unidos de Norteamérica se coloca como el principal país receptor; mexicanos viven y trabajan sin documentos y sin ninguna seguridad que les permita alcanzar sus metas en el país receptor (Levine 2009). En México se calcula que cuatro de cada diez mexicanos están directamente involucrados o participan en este proceso: los migrantes, los que reciben dinero de los migrantes, los bancos y sus filiales que realizan trasferencias electrónicas de dinero, los que trabajan o se relacionan con ellos, las autoridades e instituciones de los diferentes niveles de gobierno, las organizaciones no gubernamentales, los diferentes medios de comunicación, diversas congregaciones religiosas, las compañías de trasporte, los traficantes de personas, y recientemente diversos grupos del crimen organizado. Todos, de alguna manera u otra viven y se benefician del fenómeno de la migración internacional (Herrera-Lasso 2009).
 
En el debate político mexicano actual, la reciente promulgación de la nueva ley de migración (2011) tiene como mandato la defensa y respeto irrestricto a los derechos humanos de los migrantes centroamericanos que transitan el territorio nacional. Por lo pronto, la nueva ley descriminaliza al migrante centroamericano irregular, proporcionando a los sujetos de reconocimiento de los derechos adquiridos en el momento de cruzar las fronteras entre los países, y de igual manera el gobierno mexicano exige los mismos derechos para los connacionales residentes en los Estados Unidos de Norteamérica, no obstante sin el efecto deseado hasta ahora.
 
La inmigración es un fenómeno que está presente en el acontecer cotidiano de México, y percibo que también en los países de la región centroamericana y caribeña. La prensa escrita, la televisión y la radio, nos proporcionan contantemente información de los contingentes de migrantes centroamericanos que cruzan la frontera de México con el propósito de arribar a su destino final: Estados Unidos de Norteamérica, o Canadá. Pero, también nos informan del modo de operar de los diferentes grupos del crimen organizado y las formas de defraudar, extorsionar y violentar a los migrantes en su búsqueda de conseguir trabajo legal en América del Norte (Dávila 2013).
 
Las noticias de las últimas semanas en la prensa escrita, como en los telediarios de diferentes canales de televisión, informan de la caída de las remesas que envían los trabajadores mexicanos residentes —legales e ilegales— en Estados Unidos. Comparativamente con el año anterior, las remesas se redujeron 15.7% en el primer trimestre del presente año (2013), en relación con el trimestre del año 2012, informó recientemente el Banco de México. El mismo Banco de México revela que las remesas recibidas en el año 2012 sumaron cerca de 23 mil millones de dólares, con lo que las trasferencias de dinero se ubicaron como la segunda fuente de divisas para México, sólo después de la exportaciones de petróleo crudo y por arriba de las obtenidas por las ganancias generadas debido al turismo extranjero en el territorio nacional (Banco de México 2013).
 
Analistas de diferentes grupos financieros revelan que la caída de los ingresos por remesas que afectan a México, como a otros países de Latinoamericana, se debe a dos razones principales: la pérdida de empleo o la falta de nuevos empleos en los que laborar los migrantes mexicanos o latinos en destino y la fluctuación en el tipo de cambio peso/dólar. Por ejemplo, la caída de las remesas para la región centroamericana y caribeña es la que ha tenido un mayor efecto: en El Salvador, 9%; Honduras, 10.6%; República Dominicana, 11.5%. Pero las remesas monetarias solo son una parte de las trasferencias que existen entre los países expulsores y receptores. Como bien indican los teóricos de las migraciones las remesas se dividen en básicas, complementarias, adicionales y sistémicas. Son la variable principal que permite observar y analizar el binomio entre migración y desarrollo que actualmente existe en el debate académico internacional (Portes 2009).
 
Como indica el mismo Alejando Portes (2009), los vínculos entre migración y desarrollo no son del todo claros para las diversas orientaciones teóricas, dado que no hay un solo país que apueste a las remesas monetarias como motor de desarrollo económico local y nacional. Al contrario, el modelo de desarrollo económico adoptado por los países latinoamericanos, expulsores de mano de obra, no ha generado oportunidades de desarrollo económico y social para la mayoría de la población. Es más, han generado dinámicas negativas de ajuste estructural, precarización laboral y desempleo, profundización de las desigualdades social, pérdida de trabajadores calificados, estancamiento y nula inversión pública al sistema productivo, inflación y devaluación monetaria frente al dólar, mayor dependencia económica del exterior, entre muchas otras. Como consecuencia se expresa la convergencia entre el despoblamiento y el abandono de las actividades productivas en las regiones de fuerte migración.
 
En el presente número de la revista Pueblos y fronteras digital se integra por dos reseñas y ocho artículos; de los cuales siete abordan diferentes reflexiones teóricas, además de aportar información etnográfica reciente, sobre los procesos migratorios internacionales de México, Centroamérica y el Caribe. El artículo de Enrique Martínez Curiel inicia el número, con una revisión y discusión teórica de dos enfoques que intentan explicar las aspiraciones educativas de los hijos de inmigrantes de segunda generación en Estados Unidos: la perspectiva socioeconómica, mejor conocida como el modelo alcanzar el estatus;y la perspectiva sociocultural, nombrada enfoque de las oportunidades bloqueadas. Ambos refuerzan la idea de que la inserción laboral de las personas, y el tipo de trabajo que desempeñan, están determinados por su escolaridad o el tipo de capacitación, lo cual a su vez es un factor determinante en la obtención de sus ingresos. Por último, su propuesta teórica centra el análisis en el impacto de la vida familiar que ejercen las aspiraciones educativas de los hijos de los inmigrantes, bajo la óptica de la teoría de la asimilación segmentada, la cual permite comprender el proceso de adaptación de los hijos de inmigrantes en el sistema de estratificación social en la sociedad de acogida.
 
El segundo artículo, de Germán Martínez Velasco, inicia con el análisis de las trayectorias recientes a los destinos migratorios de la población chiapaneca, llegando a explicar los motivos de su inserción tardía al proceso de migración internacional hacia Estados Unidos. El documento contribuye a esclarecer las condiciones sociales de los municipios de mayor expulsión migratoria, estableciendo la asociación entre los índices de marginación, de desarrollo humano y el de intensidad migratoria, revelado éste en las categorías de municipios de alta, mediana y baja intensidad. La base de la información analizada por el autor proviene del Instituto de los Mexicanos en el Exterior, cuya exploración resulta ser una de las primeras en el tema.
 
Por su parte, Iván Porras nos ofrece una mirada de la migración de los jóvenes tojolabales que viven en el municipio de Las Margaritas, Chiapas. El autor detalla con abundantes datos etnográficos las causas de la migración de jóvenes con rumbo a Estados Unidos de Norteamérica. Indica que las primeras experiencias de los jóvenes pioneros fueron cruciales para posteriores incursiones en la frontera norte y su posterior cruce de frontera. El retorno de los jóvenes migrantes implica un proceso migratorio en sentido inverso, dicho proceso incluye reintegración comunitaria, así como cambios locales y familiares, que no están lejos de causar conflictos comunitarios y generacionales.
 
En cuanto a la migración centroamericana, el artículo de Susana Salazar nos introduce a una reflexión sobre los trasmigrantes salvadoreños, analizando los nodos del campo social trasnacional que conforman las redes migratorias de ese país. También es propósito de la autora analizar la necesidad de repensar la tradicional forma de hacer etnografía, para observar la vida de los sujetos que están en constante movimiento y, por tanto, que «pueden vivir en diferentes lugares a la vez», además de analizar sus formas de comunicación y el uso de nuevas tecnologías para mantenerse en contacto con sus lugares de origen y los de destino. El uso y desarrollo de la etnografía multilocal nos introduce a mirar la configuración de la nueva cultura migratoria practicada por los salvadoreños en el circuito migratorio del Istmo-Soconusco.
 
El texto de Patricia Castro, de manera análoga con el anterior, aborda la migración internacional de los municipios de Comalapa y Concepción Quezaltepeque en el Departamento de Chalatenango de El Salvador, misma que se caracteriza por los circuitos migratorios tanto a Estados Unidos como a Europa, específicamente a Italia. El artículo lleva a cabo un análisis de las familias trasnacionales salvadoreñas a partir de una óptica o mirada de género en las prácticas migratorias de las familias. Retoma el concepto de hibridación cultural propuesto por García Canclini para señalar los cambios ocurridos en las costumbres, las tradiciones y festividades patronales de los municipios implicados, además de la trasformación de hábitos cotidianos de las personas.
 
Por último, están los artículos que abordan la migración histórica y contemporánea de la región del Caribe. Las relaciones poblacionales entre las fronteras de México-Belice y República Dominicana-Haití. Así, Allan Ortega Muñoz realiza un estudio minucioso sobre las relaciones históricas familiares entre México y Belice desde el principio del siglo XX. Como indica el autor, el objetivo del artículo es demostrar que la migración, en un espacio regional trasfronterizo, tiene efectos en la sociabilidad de los diferentes grupos sociales que habitaron entre Belice y México. A partir de las categorías de formación familiar y culturas íntimas nos proporciona un marco de análisis para comprender las relaciones de poder y la construcción de identidades trasnacionales o trasterritoriales.
 
El texto de Véronique Landry muestra un análisis de la feminización de la migración en los procesos urbanos de la República Dominicana. La mujer haitiana se coloca como un nuevo sujeto migratorio. Como bien apunta la autora, el propósito es contextualizar las trasformaciones dentro del nuevo sistema migratorio haitiano en las zonas urbanas de la República Dominicana. 
 
Por último, tenemos el texto de Enriqueta Lerma que aborda el espacio vivido. Su objetivo es dar cuenta de cómo las comunidades se apropian, viven, sienten, nombran y conceden significados diversos al espacio en el que interaccionan. La autora propone que el espacio vivido debe ser analizado en relación con el espacio reticular y sus diversas interacciones entre lo local y lo global.
 
Es así que la temática del presente número invita a los especialistas, a los estudiantes y al publico en general, interesados en el tema de la migración internacional, al encuentro de nuevos horizontes y nueva información sobre la frontera sur de México.
 
Cabe también mencionar la reseña que realiza Luis Rodríguez sobre el libro Identidad y migración en la formación y revalorización de los territorios rurales. Esta obra aborda la misma temática de la migración pero desde otra óptica y en otro espacio geográfico de México, proponiendo novedosas reflexiones sobre la emigración rural-urbana. Por otro lado, Jennifer Hale-Gallardo reseña el libro de Ana Mariella Bacigalupo intitulado Shamans of the Foye Tree: Gender, Power and Healing Among Chilean Mapuche. La autora de esta reseña resalta la etnografía en la que se entretejen temas como brujería, modernidad, condición de persona, identidades poscoloniales y el género.

 

FUENTES DE CONSULTA

Ariza, Marina y Alejandro Portes (coordinadores.), 2010, El País transnacional, migración mexicana y cambio a través de la frontera, UNAM–INM, México.
 
Banco de México, 2013, Sistema de Información Económica (SIE), Indicadores Económicos, en www.banxico.org.mx [consulta: 25 de marzo de 2013].
 
Dávila, Israel, 2013, «Seudoagencia de empleo defrauda a mas de 800 personas», en Periódico La Jornada, martes 2 de abril, México, p. 29.
 
Farah, Ivonne (coordinadora), 2009, Migraciones contemporáneas. Contribución al debate, Plural Editores, La Paz, Bolivia.
 
Herrera–Lasso, Luis, 2009, México, país de migración, Siglo XXI, México.
 
Levine, Elaine, 2009, «Los hispanos/latinos en Estados Unidos», en Ivonne Farah, Migraciones contemporáneas. Contribución al debate, Plural Ediciones, CIDES-UMSA, La Paz, Bolivia.
 
Portes, Alejandro, 2009, «Migración y desarrollo: una revisión conceptual de la evidencia», en Migraciones contemporáneas. Contribución al debate, coordinado por Ivonne Farah, Plural Editores, La Paz, Bolivia.