PRESENTACIÓN
En México, como en Centroamérica y el Caribe, las historias
de los Estados nacionales están atravesadas por diversos procesos migratorios.
Existe una multiplicidad de causas que propician las migraciones de pueblos enteros, sin
duda las causas principales son económicas, la falta de oportunidades de empleo, de
educación y por la violencia generada en las localidades rurales y urbanas,
además de los niveles de pobreza que han alcanzado tanto la República
mexicana como los países del Istmo centroamericano y el Caribe. A estas causas
podemos agregar también los cambios climáticos; por ejemplo, los huracanes
Mich y Stan, que en la última década han ocasionado grandes desastres
naturales y en consecuencia la desaparición y movilidad de comunidades tanto en el
Soconusco y la sierra sur de Chiapas, como en los países de Guatemala, Honduras y
El Salvador.
Los procesos de inmigración y de emigración poblacional ocupan un papel
relevante en la agenda política no solo de México sino de igual manera de
los países de la región centroamericana y el Caribe. Sin embargo, como
apuntan algunos teóricos de las migraciones, la visión de corto plazo sobre
los movimientos poblacionales entre países se percibe como posibles causas de
múltiples conflictos sociales, sobre todo la visión predominante de las
sociedades receptoras. Empero, en el largo plazo histórico, los desplazamientos
migratorios de etnias, comunidades rurales y centros urbanos, se consideran como un gran
motor de trasformación y cambio cultural. México es un ejemplo de estos
procesos históricos de trasformación que las migraciones han dado origen
(Ariza y Portes 2010).
En la actualidad, se estima que más de 12.5 millones de la población oriunda
mexicana reside en otros países del mundo, donde Estados Unidos de
Norteamérica se coloca como el principal país receptor; mexicanos viven y
trabajan sin documentos y sin ninguna seguridad que les permita alcanzar sus metas en el
país receptor (Levine 2009). En México se calcula que cuatro de cada diez
mexicanos están directamente involucrados o participan en este proceso: los
migrantes, los que reciben dinero de los migrantes, los bancos y sus filiales que realizan
trasferencias electrónicas de dinero, los que trabajan o se relacionan con ellos,
las autoridades e instituciones de los diferentes niveles de gobierno, las organizaciones
no gubernamentales, los diferentes medios de comunicación, diversas congregaciones
religiosas, las compañías de trasporte, los traficantes de personas, y
recientemente diversos grupos del crimen organizado. Todos, de alguna manera u otra viven
y se benefician del fenómeno de la migración internacional (Herrera-Lasso
2009).
En el debate político mexicano actual, la reciente promulgación de la nueva
ley de migración (2011) tiene como mandato la defensa y respeto irrestricto a los
derechos humanos de los migrantes centroamericanos que transitan el territorio nacional.
Por lo pronto, la nueva ley descriminaliza al migrante centroamericano irregular,
proporcionando a los sujetos de reconocimiento de los derechos adquiridos en el momento de
cruzar las fronteras entre los países, y de igual manera el gobierno mexicano exige
los mismos derechos para los connacionales residentes en los Estados Unidos de
Norteamérica, no obstante sin el efecto deseado hasta ahora.
La inmigración es un fenómeno que está presente en el acontecer
cotidiano de México, y percibo que también en los países de la
región centroamericana y caribeña. La prensa escrita, la televisión y
la radio, nos proporcionan contantemente información de los contingentes de
migrantes centroamericanos que cruzan la frontera de México con el propósito
de arribar a su destino final: Estados Unidos de Norteamérica, o Canadá.
Pero, también nos informan del modo de operar de los diferentes grupos del crimen
organizado y las formas de defraudar, extorsionar y violentar a los migrantes en su
búsqueda de conseguir trabajo legal en América del Norte (Dávila
2013).
Las noticias de las últimas semanas en la prensa escrita, como en los telediarios
de diferentes canales de televisión, informan de la caída de las remesas que
envían los trabajadores mexicanos residentes —legales e ilegales— en
Estados Unidos. Comparativamente con el año anterior, las remesas se redujeron
15.7% en el primer trimestre del presente año (2013), en relación con el
trimestre del año 2012, informó recientemente el Banco de México. El
mismo Banco de México revela que las remesas recibidas en el año 2012
sumaron cerca de 23 mil millones de dólares, con lo que las trasferencias de dinero
se ubicaron como la segunda fuente de divisas para México, sólo
después de la exportaciones de petróleo crudo y por arriba de las obtenidas
por las ganancias generadas debido al turismo extranjero en el territorio nacional (Banco
de México 2013).
Analistas de diferentes grupos financieros revelan que la caída de los ingresos por
remesas que afectan a México, como a otros países de Latinoamericana, se
debe a dos razones principales: la pérdida de empleo o la falta de nuevos empleos
en los que laborar los migrantes mexicanos o latinos en destino y la fluctuación en
el tipo de cambio peso/dólar. Por ejemplo, la caída de las remesas para la
región centroamericana y caribeña es la que ha tenido un mayor efecto: en El
Salvador, 9%; Honduras, 10.6%; República Dominicana, 11.5%. Pero las remesas
monetarias solo son una parte de las trasferencias que existen entre los países
expulsores y receptores. Como bien indican los teóricos de las migraciones las
remesas se dividen en básicas, complementarias, adicionales y sistémicas.
Son la variable principal que permite observar y analizar el binomio entre
migración y desarrollo que actualmente existe en el debate académico
internacional (Portes 2009).
Como indica el mismo Alejando Portes (2009), los vínculos entre migración y
desarrollo no son del todo claros para las diversas orientaciones teóricas, dado
que no hay un solo país que apueste a las remesas monetarias como motor de
desarrollo económico local y nacional. Al contrario, el modelo de desarrollo
económico adoptado por los países latinoamericanos, expulsores de mano de
obra, no ha generado oportunidades de desarrollo económico y social para la
mayoría de la población. Es más, han generado dinámicas
negativas de ajuste estructural, precarización laboral y desempleo,
profundización de las desigualdades social, pérdida de trabajadores
calificados, estancamiento y nula inversión pública al sistema productivo,
inflación y devaluación monetaria frente al dólar, mayor dependencia
económica del exterior, entre muchas otras. Como consecuencia se expresa la
convergencia entre el despoblamiento y el abandono de las actividades productivas en las
regiones de fuerte migración.
En el presente número de la revista Pueblos y fronteras digital se integra
por dos reseñas y ocho artículos; de los cuales siete abordan diferentes
reflexiones teóricas, además de aportar información
etnográfica reciente, sobre los procesos migratorios internacionales de
México, Centroamérica y el Caribe. El artículo de Enrique
Martínez Curiel inicia el número, con una revisión y discusión
teórica de dos enfoques que intentan explicar las aspiraciones educativas de los
hijos de inmigrantes de segunda generación en Estados Unidos: la perspectiva
socioeconómica, mejor conocida como el modelo alcanzar el estatus;y la
perspectiva sociocultural, nombrada enfoque de las oportunidades bloqueadas.
Ambos refuerzan la idea de que la inserción laboral de las personas, y el tipo de
trabajo que desempeñan, están determinados por su escolaridad o el tipo de
capacitación, lo cual a su vez es un factor determinante en la obtención de
sus ingresos. Por último, su propuesta teórica centra el análisis en
el impacto de la vida familiar que ejercen las aspiraciones educativas de los hijos de los
inmigrantes, bajo la óptica de la teoría de la asimilación
segmentada, la cual permite comprender el proceso de adaptación de los hijos de
inmigrantes en el sistema de estratificación social en la sociedad de acogida.
El segundo artículo, de Germán Martínez Velasco, inicia con el
análisis de las trayectorias recientes a los destinos migratorios de la
población chiapaneca, llegando a explicar los motivos de su inserción
tardía al proceso de migración internacional hacia Estados Unidos. El
documento contribuye a esclarecer las condiciones sociales de los municipios de mayor
expulsión migratoria, estableciendo la asociación entre los índices
de marginación, de desarrollo humano y el de intensidad migratoria, revelado
éste en las categorías de municipios de alta, mediana y baja intensidad. La
base de la información analizada por el autor proviene del Instituto de los
Mexicanos en el Exterior, cuya exploración resulta ser una de las primeras en el
tema.
Por su parte, Iván Porras nos ofrece una mirada de la migración de los
jóvenes tojolabales que viven en el municipio de Las Margaritas, Chiapas. El autor
detalla con abundantes datos etnográficos las causas de la migración de
jóvenes con rumbo a Estados Unidos de Norteamérica. Indica que las primeras
experiencias de los jóvenes pioneros fueron cruciales para posteriores incursiones
en la frontera norte y su posterior cruce de frontera. El retorno de los jóvenes
migrantes implica un proceso migratorio en sentido inverso, dicho proceso incluye
reintegración comunitaria, así como cambios locales y familiares, que no
están lejos de causar conflictos comunitarios y generacionales.
En cuanto a la migración centroamericana, el artículo de Susana Salazar nos
introduce a una reflexión sobre los trasmigrantes salvadoreños, analizando
los nodos del campo social trasnacional que conforman las redes migratorias de ese
país. También es propósito de la autora analizar la necesidad de
repensar la tradicional forma de hacer etnografía, para observar la vida de los
sujetos que están en constante movimiento y, por tanto, que «pueden vivir en
diferentes lugares a la vez», además de analizar sus formas de
comunicación y el uso de nuevas tecnologías para mantenerse en contacto con
sus lugares de origen y los de destino. El uso y desarrollo de la etnografía
multilocal nos introduce a mirar la configuración de la nueva cultura migratoria
practicada por los salvadoreños en el circuito migratorio del Istmo-Soconusco.
El texto de Patricia Castro, de manera análoga con el anterior, aborda la
migración internacional de los municipios de Comalapa y Concepción
Quezaltepeque en el Departamento de Chalatenango de El Salvador, misma que se caracteriza
por los circuitos migratorios tanto a Estados Unidos como a Europa, específicamente
a Italia. El artículo lleva a cabo un análisis de las familias
trasnacionales salvadoreñas a partir de una óptica o mirada de género
en las prácticas migratorias de las familias. Retoma el concepto de
hibridación cultural propuesto por García Canclini para señalar los
cambios ocurridos en las costumbres, las tradiciones y festividades patronales de los
municipios implicados, además de la trasformación de hábitos
cotidianos de las personas.
Por último, están los artículos que abordan la migración
histórica y contemporánea de la región del Caribe. Las relaciones
poblacionales entre las fronteras de México-Belice y República
Dominicana-Haití. Así, Allan Ortega Muñoz realiza un estudio
minucioso sobre las relaciones históricas familiares entre México y Belice
desde el principio del siglo XX. Como indica el autor, el objetivo del artículo es
demostrar que la migración, en un espacio regional trasfronterizo, tiene efectos en
la sociabilidad de los diferentes grupos sociales que habitaron entre Belice y
México. A partir de las categorías de formación familiar y culturas
íntimas nos proporciona un marco de análisis para comprender las relaciones
de poder y la construcción de identidades trasnacionales o trasterritoriales.
El texto de Véronique Landry muestra un análisis de la feminización
de la migración en los procesos urbanos de la República Dominicana. La mujer
haitiana se coloca como un nuevo sujeto migratorio. Como bien apunta la autora, el
propósito es contextualizar las trasformaciones dentro del nuevo sistema migratorio
haitiano en las zonas urbanas de la República Dominicana.
Por último, tenemos el texto de Enriqueta Lerma que aborda el espacio vivido. Su
objetivo es dar cuenta de cómo las comunidades se apropian, viven, sienten, nombran
y conceden significados diversos al espacio en el que interaccionan. La autora propone que
el espacio vivido debe ser analizado en relación con el espacio reticular y sus
diversas interacciones entre lo local y lo global.
Es así que la temática del presente número invita a los
especialistas, a los estudiantes y al publico en general, interesados en el tema de la
migración internacional, al encuentro de nuevos horizontes y nueva
información sobre la frontera sur de México.
Cabe también mencionar la reseña que realiza Luis Rodríguez sobre el
libro Identidad y migración en la formación y revalorización de
los territorios rurales. Esta obra aborda la misma temática de la
migración pero desde otra óptica y en otro espacio geográfico de
México, proponiendo novedosas reflexiones sobre la emigración rural-urbana.
Por otro lado, Jennifer Hale-Gallardo reseña el libro de Ana Mariella Bacigalupo
intitulado Shamans of the Foye Tree: Gender, Power and Healing Among Chilean
Mapuche. La autora de esta reseña resalta la etnografía en la que
se entretejen temas como brujería, modernidad, condición de persona,
identidades poscoloniales y el género.
Ariza, Marina y Alejandro Portes (coordinadores.), 2010, El País
transnacional, migración mexicana y cambio a través de la frontera,
UNAM–INM, México.
Banco de México, 2013, Sistema de Información Económica (SIE), Indicadores
Económicos, en www.banxico.org.mx [consulta: 25 de marzo de 2013].
Dávila, Israel, 2013, «Seudoagencia de empleo defrauda a mas de 800
personas», en Periódico La Jornada, martes 2 de abril, México, p.
29.
Farah, Ivonne (coordinadora), 2009, Migraciones contemporáneas. Contribución
al debate, Plural Editores, La Paz, Bolivia.
Herrera–Lasso, Luis, 2009, México, país de migración, Siglo
XXI, México.
Levine, Elaine, 2009, «Los hispanos/latinos en Estados Unidos», en Ivonne Farah,
Migraciones contemporáneas. Contribución al debate, Plural Ediciones,
CIDES-UMSA, La Paz, Bolivia.
Portes, Alejandro, 2009, «Migración y desarrollo: una revisión conceptual de
la evidencia», en Migraciones contemporáneas. Contribución al
debate, coordinado por Ivonne Farah, Plural Editores, La Paz, Bolivia.