Los determinantes del retorno de mexicanos desde Estados Unidos en perspectiva. ¿Una nueva historia?

The Determinants of the Return of Mexicans from the United States in Perspective. A New Story?

Diego Terán
Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Ciencias, México
Recepción: 22/06/2023 Aceptado: 13/11/2023
Publicado: 05/12/2023

 

RESUMEN:El presente trabajo se centra en analizar las diferencias a lo largo del tiempo y del espacio en cuanto al fenómeno del retorno de mexicanos desde Estados Unidos. Se estudia la tendencia que ha seguido el retorno migratorio a México en los últimos 30 años en términos de volumen, pero también se efectúa una visualización espacial, para describir la geografía del fenómeno y las transformaciones en el patrón migratorio a raíz de cambios en la frontera entre México y Estados Unidos. La metodología utilizada se basa en el análisis de sobrevivencia, que permite analizar los factores que inciden en que un individuo realice el retorno migratorio. Los resultados muestran diferencias por región migratoria, época de migración y curso de vida.

PALABRAS CLAVE: migración de retorno, regiones migratorias, ciclos migratorios.

ABSTRACT:

This paper has focused on differences over time and space in terms of the phenomenon of the return of Mexicans from the United States. The trend followed by migratory return to Mexico in the last 30 years in terms of volume is being studied, but we also make a spatial visualization to describe the geography of the phenomenon and the transformations in the migratory pattern as a result of changes in the border between Mexico and the United States. The methodology used is based on survival analysis, which allows us to analyze the factors that influence an individual’s return migration. The results show differences by migratory region, migration time and life course.

KEY WORDS: return migration, migratory regions, migration cycles.

 

Introducción

 El patrón migratorio entre México y Estados Unidos se ha modificado debido a los ciclos que han acompañado por larga data el intercambio migratorio entre estos dos países. Los cambios principales que ha experimentado el fenómeno son: la pérdida de circularidad de la migración, tiempos de estancia más largos y una diversificación del perfil migratorio, así como un mayor número de lugares involucrados tanto en origen como en destino.

En los últimos años el retorno de personas mexicanas desde Estados Unidos ha cobrado importancia por el crecimiento que ha manifestado; destaca el año 2010, cuando se produjo el boom histórico con cerca de 832 790 retornados (Terán, 2019). El principal interés en este trabajo es conocer los determinantes del retorno migratorio de personas mexicanas desde Estados Unidos a partir de una metodología de historia de eventos en tiempo discreto, integrando la comparación por cohortes y regiones migratorias, y controlando los datos por variables sociodemográficas, económicas, capital social y espaciales. El presente trabajo hará uso de la información que ofrecen los censos de 1990, 2000, 2010, 2020 y la Encuesta Intercensal 2015 del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI, 1990, 2000, 2010, 2015, 2020) y la base de datos del Proyecto sobre Migración Mexicana (MMP por sus siglas en inglés).1 Esta última reúne muestras recabadas tanto en México como en Estados Unidos, e incluye datos de individuos que reportaron información de una migración hacia Estados Unidos y posteriormente experimentaron un retorno.2 Se pretende describir qué variables determinan que un individuo tarde más o menos tiempo en experimentar el retorno e identificar si el contexto histórico (políticas migratorias) ha influido en que se produzcan cambios en los comportamientos.

Este trabajo se centra en analizar las diferencias a lo largo del tiempo y del espacio en el comportamiento del retorno de personas mexicanas desde Estados Unidos. Se estudia la tendencia que ha seguido el fenómeno en los últimos 30 años en términos de volumen, y también se realiza una visualización espacial para describir la distribución geográfica del retorno a México. Además, se hace una comparación de las probabilidades y el tiempo que tarda en que se produzca el retorno en diferentes épocas migratorias con la finalidad de observar si existen diferencias a lo largo del tiempo. Aunado a ello, se utilizan los datos obtenidos de las fuentes indicadas según sexo de los individuos. Las variables clave en este estudio son, entonces, la región, el ciclo migratorio y el sexo; asimismo, se parte de la hipótesis de que dichas variables inciden de manera diferencial en determinar los riesgos asociados al primer retorno de mexicanos desde Estados Unidos.

El texto se centra en responder las siguientes preguntas: ¿qué ha pasado con el retorno en términos de volumen e intensidad?, ¿cuál ha sido la distribución espacial del fenómeno?, ¿cuánto tiempo tardan los migrantes mexicanos en promedio en volver a su país de origen?, ¿cómo afectan algunos determinantes en el riesgo3 de retorno?

El trabajo se compone de dos partes. En la primera se describe el retorno con base en datos censales para dar cuenta de la magnitud que ha cobrado en los últimos 30 años y, a su vez, se hace una exploración espacial a nivel municipal, estatal y regional de México para delimitar la geografía del fenómeno. En la segunda parte se lleva a cabo un análisis estadístico con modelos de historia de eventos de tiempo discreto para determinar cómo inciden las distintas variables sobre el riesgo de enfrentar el primer retorno una vez que se ha emigrado.

 

¿Una nueva historia?

México y Estados Unidos, además de compartir una frontera de más de 3 ٠٠٠ kilómetros, tienen en común una larga historia migratoria en la cual el flujo principal va del primer país hacia el segundo, lo que ha hecho que sea imposible entender la dinámica demográfica, económica, social y cultural de ambos países sin contextualizar el tema migratorio. En los ciclos migratorios existe un movimiento de emigración que en muchos casos es complementado más tarde con un movimiento de retorno. El presente trabajo se centrará en esta última fase llamada retorno.4

La migración México-Estados Unidos es de especial interés en los estudios de migración debido a su durabilidad, ya que se ha mantenido por más de 100 años, además de que ha presentado flujos masivos y sostenidos; también es relevante por la vecindad geográfica que comparten ambos países (Durand y Massey, 2003). A pesar de que se hable de un mismo fenómeno, es necesario acotarlo a su contexto histórico social, ya que el retorno de principios del siglo XX no es en nada similar al del siglo XXI, dado que las características de los participantes se han modificado en volumen, perfil y ocupación geográfica (Terán, 2019, 2022; Calva, 2022).

El retorno de mexicanos desde Estados Unidos cobró relevancia en los primeros años del siglo XXI, y alcanzó su volumen máximo en 2010 según cifras censales, año en el que se reportó que 832 790 personas residentes en México habían estado viviendo en Estados Unidos cinco años previos a la fecha censal (según estimaciones propias con base en INEGI, 2010), cerca del triple del número que se había registrado en el año 2000 (255 762 retornados; según estimaciones propias con base en INEGI, 2000). Para el año 2020, el censo registró 294 203 retornados (según estimaciones propias con base en INEGI, 2020), un valor más bajo respecto del que se registró una década antes, pero aún por encima del reportado en el año 2000.

Pero, más allá del incremento en volumen, hay características que hacen especial el análisis del retorno en diferentes momentos históricos. Por ejemplo, en épocas recientes el retorno está contextualizado por un cambio en el patrón migratorio, pues se ha pasado de una migración circular a otra más definitiva debido a varios factores: 1) la naturalización de 2.3 millones de migrantes implementada por la Inmigrant Reform and Control Act (IRCA) en 1986, que puso en marcha un programa de reunificación familiar (Durand y Massey, 2003; Durand, 2016) el cual implicó un proceso intenso de asimilación para las personas mexicanas asentadas en aquel país con el fin de convertirlas en sujetos de consumo y les motivó a posponer el retorno (Arias, 2009); 2) la Operación Bloqueo de 1993, operativo con el que se institucionalizó la frontera entre ambos países, que llevó a un incremento de los costos y riesgos asociados a la migración indocumentada (Mora, 2015; Durand, 2016) e incidió en posponer el retorno; 3) los hechos ocurridos el 11 de septiembre de 2011, tras los cuales los temas de seguridad en fronteras y control migratorio fueron objetivos prioritarios de la seguridad nacional de aquel país, condujeron al establecimiento de una frontera hermética, y 4) la crisis económica de 2007, que impactó fuertemente sobre los mexicanos, ya que el sector de la construcción, donde la mayoría se desempeñaba, fue de los más afectados y presentó las mayores tasas de desempleo (Zenteno, 2012).

Durand y Massey (2003) señalan que la migración mexicana se ajusta a ciclos similares a los que enfrentan las migraciones del mundo, solo que, a diferencia de la de otros países, la migración mexicana se ajusta a ciclos de veintenas de años que se renuevan y se sostienen en el tiempo, ciclos que van en sintonía con el comportamiento económico de Estados Unidos. Las épocas de auge económico de aquel país producen como resultado oleadas de alta emigración de personas mexicanas, mientras que, cuando existe crisis económica en aquel país, el retorno a México se hace presente.

Los ciclos de la migración mexicana son importantes debido a que cada uno, más allá de una simple temporalidad, enmarca un panorama histórico, demográfico, económico, social y cultural en la relación entre ambos países, y de estos con el resto del mundo. Tales argumentos permiten plantear la hipótesis de que el retorno en cada ciclo es diferente y que los determinantes que lo provocan inciden de distinta manera. Es decir, los riesgos asociados con el retorno una vez que se ha migrado por primera vez han cambiado a lo largo de cada ciclo migratorio.

Los ciclos migratorios se retoman de los planteamientos de Durand y Massey (2003) y Durand (2016). El primer ciclo es nombrado el enganche (1884-1920) y se caracteriza por la migración por trabajo semiforzado; el segundo se denomina de deportaciones (1921-1941), cuando las oleadas de deportaciones de mexicanos se hicieron presentes; el tercer ciclo lo marca el Programa Bracero (1942-1964), convenio binacional que motivó una migración con características muy definidas y de tipo circular; en el cuarto, llamado el ciclo de los indocumentados (1965-1986), el cruce comenzaba a tomar importancia en volumen; el quinto se denomina la era bipolar (1987-2007) y se caracteriza porque la admisión de migrantes se negocia, pero solo para algunos grupos; finalmente, el ciclo que se vive actualmente se caracteriza por la batalla por la reforma migratoria, pues esta se ha aplazado por largo tiempo y no hay indicios de que se pueda resolver.

Los ciclos que se han descrito en el párrafo anterior se caracterizan por ser oscilantes. Parecería que durante una veintena de años, en el primer ciclo, la migración es bienvenida en Estados Unidos, pero en los siguientes 20 años el país pasa a ser poco tolerante ante esta temática y comienzan las deportaciones. Como se ha señalado, cada una de estas oscilaciones se distingue por las características de los participantes, que cambian en el tiempo. La escolaridad de quienes emigran, los orígenes y los destinos, así como la simple participación por sexo, son distintos (Durand y Massey, 2003; Zúñiga y León, 2005; Terán, 2014, 2019; Gandini, Lozano y Gaspar, 2015; Durand, 2016; Terán, Giorguli y Sánchez, 2016), lo que ha llevado a que los perfiles tanto de emigración como de retorno también sean diferentes. Asimismo, en cada ciclo los riesgos asociados al retorno una vez que se ha emigrado han cambiado, más aún cuando la familia mexicana se ha reproducido en Estados Unidos, lo que ha llevado a que en la actualidad en aquel país residan 37 249 675 personas de origen mexicano (estimaciones propias con datos de IPUMS USA, 2023).

En la actualidad el fenómeno migratorio en México es de carácter nacional; por ejemplo, del total de municipios en el país en 2010 (2 456) solo 76 no tenían actividad migratoria (Terán, 2014). La migración hacia Estados Unidos, a pesar de ser centenaria, ha sido gradual en términos espaciales, pues el país se ha ido incorporando al fenómeno por épocas, de ahí que Durand y Massey (2003) y Durand (1998) hayan propuesto una regionalización de la migración de acuerdo con criterios geográficos, históricos y de intensidad, la cual que ha sido probada a nivel municipal y ha resultado explicativa con suficiencia estadística (Terán, 2019). Esta regionalización ha sido ampliamente utilizada en la literatura porque revela procesos con matices diferenciados de un mismo fenómeno y consta de cuatro regiones: histórica, fronteriza, central y sureste (Durand y Massey, 2003), que a su vez se componen de las siguientes entidades:

Para el tema que nos compete, la importancia de la regionalización en el retorno reside en dos aspectos. El primero de ellos es la cantidad de población que estuvo sujeta a y fue beneficiada por el IRCA en 1986 y, consiguientemente, por la reunificación de sus familias. Pertenecer a una región u otra tiene efectos sobre la probabilidad de contar con documentos para la estancia legal en aquel país, variable que está muy relacionada con las probabilidades de retorno (Massey y Espinosa, 1997); por otro lado, el perfil de las personas retornas en cada región es diferente (Terán, 2019, 2022).

Desde el comienzo de la migración masiva de mexicanos hacia Estados Unidos, el perfil predominante de las personas que migraban se caracterizaba por ser hombres en edades laborales, con estancia temporal en aquel país y perfil laboral, lo que se acentuó durante el Programa Bracero. Este convenio estaba dirigido a hombres mexicanos en edades laborales que provenían de zonas rurales y se dirigían a los campos agrícolas de Estados Unidos, patrón que se acoplaba bien a la temporalidad que conllevan los ciclos agrícolas en México (Durand y Massey, 2003; Durand, 2007). Después del IRCA, la reunificación familia implicó una diversificación de los perfiles, de tal modo que las mujeres cobraron importancia en la participación en los flujos y stocks migratorios (CONAPO, 2013); esto llevó a que en el total de población de origen mexicano que reside en Estados Unidos haya 104 hombres por cada 100 mujeres (según estimaciones propias con base en IPUMS USA, 2023), es decir, hay una distribución bastante equitativa por sexo y no como se observaba en fechas anteriores, cuando el perfil predominante era el masculino.

Las diferencias por sexo en el momento del retorno se hacen evidentes. Las mujeres tienen tiempos de estancia más largos que los hombres, de ahí que, a pesar de que su participación en los flujos sea menor, en los stocks registrados en Estados Unidos sea cercana al 50 % (CONAPO, 2013). Una de las hipótesis en cuanto a la demora en la decisión de retornar de las mujeres se centra en que estas ganan más, en el sentido de lo que conlleva la vida diaria y la reproducción del hogar, ya que la vida automatizada en aquel país es más fácil (Durand, 2004; Durand y Arias, 2014). Por tanto, para la temática de este artículo, el sexo de las personas retornadas también se introdujo como variable diferenciadora de importancia.

 

El retorno y las fuentes utilizadas

El retorno conlleva una definición que, al igual que la migración, se encuentra determinada por una temporalidad, un espacio y el establecimiento del concepto de Estado-nación (Gandini et al., 2015); además de ello, está determinada por una intencionalidad desde la acción del individuo o del grupo familiar (Cesare, 1974; Durand, 2004; Aznar, 2011, Fernández, 2011; Terán, 2014). La definición de retorno se ajusta a que primeramente debe existir una emigración internacional, es decir, la persona debe pasar un límite establecido por el Estado-nación (una frontera internacional), y después debe haber estado viviendo por un tiempo en el país huésped; la temporalidad de tal estancia varía, pues hay quienes pasan seis meses, un año o incluso dos años (King, 2000; Villar, 2003; Gandini et al., 2015), y en otros casos basta con que se haya establecido un vínculo laboral (Corona, 1993). Posterior a ello, la persona regresa al país de origen, pero, según la definición de Cesare (1974), debe regresar con la intención de nunca volver a emigrar, ya que, si tuviera la idea de migrar de nuevo, se hablaría de una reemigración.

Para fines de este trabajo se ha recurrido a establecer dos definiciones sobre retorno. La primera es la que se muestra en el panorama nacional de 1990 a 2020, que ha sido descrita con base en los microdatos de los censos de 1990, 2000, 2010, 2020 y la Encuesta Intercensal 2015 (INEGI, 1990, 2000, 2010, 2015, 2020), en donde se considera retornada a la persona nacida en México que se encontraba viviendo en Estados Unidos cinco años antes de la fecha censal y que residía en México cuando fue encuestada (CONAPO, 2002). En cuanto a la segunda definición, para el análisis estadístico, nuestra fuente es la base de datos que provee el Proyecto sobre Migración Mexicana  (MMP por sus siglas en inglés); en esta base se tomó como retornada la persona que regresó a México con fines de permanecer en su país de origen, como lo establece la misma metodología de la encuesta del MMP,5 después de haber estado en Estados Unidos, independientemente del tiempo que permaneció en aquel país.

Las dos fuentes que dan cuerpo a este trabajo son complementarias y son útiles para ofrecer un escenario más completo y detallado sobre las características del retorno migratorio de mexicanos desde Estados Unidos. Las fuentes censales nos permiten conocer el panorama nacional reciente con un grado de desagregación importante, lo que posibilita observar la relevancia del fenómeno y sus cambios. Por otra parte, los datos del MMP ilustran con mayor profundización los detalles; aunque no dan cuenta de un panorama representativo al nivel del censo, sí permiten conocer la trayectoria de los individuos durante los más de ١٠٠ años en que ha estado presente el fenómeno, en todas las regiones de México, y sobre todo en cuanto a los periodos precisos de permanencia en Estados Unidos; es decir, permite determinar los momentos de exposición al riesgo de retorno una vez que se ha migrado. Por tanto, las dos fuentes son de suma importancia para responder las preguntas que han originado este trabajo.

 

Panorama de retorno nacional

La información para determinar el retorno de mexicanos no ha sido de especial interés para la generación de información. Como se ha mencionado, es un fenómeno que solo unas décadas atrás comenzó a tener envergadura nacional. Desde 1990, mediante la información censal es posible conocer la cantidad de población que ha retornado desde Estados Unidos debido a que ese año fue el primero en el que se incluyeron preguntas y módulos dirigidos a identificar el fenómeno. Por ello, es posible efectuar una historia del comportamiento del retorno cada vez que se publica un censo. Para este artículo se analizaron los años 1990, 2000, 2010 y 2020. En los mapas 1 a 4 puede visualizarse el volumen de retornados que llegó a México desde Estados Unidos a nivel municipal en los últimos años por región migratoria; se observa en ellos un patrón geográfico muy similar al que ha seguido la emigración (véanse mapas 1, 2, 3 y 4).

El tema del retorno, tratado a partir de la intensidad de su volumen y de la presencia espacial, fue un fenómeno incipiente en 1990, a pesar de que en aquella época la emigración estaba creciendo. En ese año, las regiones que presentaron un mayor número de retornos fueron la histórica y la fronteriza, mientras que en la central y la sureste no se registró un alto volumen de retornos, e incluso en la mayoría de los municipios de esas regiones no hubo presencia de retorno migratorio. Además de ello, cabe señalar que en ese año, aunque sí ocurrieron retornos, el volumen reportado no era considerable en comparación con los que se registraron en los censos de los años siguientes.

En el año 2000 el fenómeno del retorno se presentó con mayor intensidad en volumen y presencia espacial; la cantidad de personas retornadas que se registraron entonces era cercana al triple de la que se había observado una década atrás. Mantuvieron la primacía en cuanto a volumen la región histórica y la fronteriza; en esta última, el papel de Tijuana tomó relevancia, ya que en ese año se convirtió en el municipio del país al que retornaron más personas. En cuanto a las regiones centro y sureste, en ellas se incrementó la participación espacial y de volumen; cabe señalar que la región sureste, más que aumentar su presencia espacial, lo hizo principalmente en términos de volumen.

 

 

Mapa 1. Retorno de mexicanos provenientes desde Estados Unidos. 1990

Fuente: Estimación y elaboración propia con base en datos del XI Censo General de Población y Vivienda 1990 (INEGI, 1990).

 

 

Mapa 2. Retorno de mexicanos provenientes desde Estados Unidos. 2000

Fuente: estimación y elaboración propia con base en datos del XII Censo General de Población y Vivienda 2000 (INEGI, 2000).

 

 

Mapa 3. Retorno de mexicanos provenientes desde Estados Unidos. 2010

Fuente: estimación y elaboración propia con base en datos del Censo de Población y Vivienda 2010 (INEGI, 2010).

 

 

Mapa 4. Retorno de mexicanos provenientes desde Estados Unidos. 2020

Fuente: estimación y elaboración propia con base en datos del Censo General de Población y Vivienda 2020 (INEGI, 2020).

 

 

 

Cuadro 1. Retornados según región de migración

Región

1990

2000

2010

2015

2020

 

Absoluto

Porcentaje

Absoluto

Porcentaje

Absoluto

Porcentaje

Absoluto

Porcentaje

Absoluto

Porcentaje

Histórica

46 520

52.06 %

120 404

47.08 %

317 164

38.08 %

159 369

35.54 %

108 333

36.82 %

Fronteriza

27 080

30.30 %

64 647

25.28 %

184 321

22.13 %

108 112

24.11 %

77 394

26.31 %

Centro

14 090

15.77 %

63 365

24.77 %

255 655

30.70 %

139 970

31.21 %

85 307

29.00 %

Sureste

1 670

1.87 %

7 346

2.87 %

75 650

9.08 %

40 999

9.14 %

23 171

7.88 %

Nacional

89 360

100 %

255 762

100 %

832 790

100 %

448 450

100 %

294 203

100 %

Fuente: Estimaciones propias con base en datos de la muestra de los censos de población y vivienda 1990, 2000, 2010, 2020 y la encuesta intercensal 2015 (INEGI, 1990, 2000, 2010, 2015, 2020).

 

El año 2010 fue clave en términos demográficos y de migración internacional. En el primer aspecto, se produjo un crecimiento demográfico que superó las proyecciones de población estimadas debido a un saldo neto migratorio positivo ocasionado por una desaceleración de la emigración mexicana y un aumento del retorno (Passel, Cohn y González, 2012). El volumen de retornos reportado para ese año fue el triple al de una década atrás. Los cambios más importantes que ocurrieron entonces fueron: 1) la presencia de personas retornadas en la mayor parte de los municipios del país; 2) la participación de la región sureste, que cobró importancia en términos espaciales y de volumen de retornos, y presentó un número de retornados 10 veces mayor al que se registró en el año 2000, y 3) la región fronteriza ocupó la segunda posición en cuanto a volumen de retornos.

En el año 2015 el retorno se desaceleró, lo cual pudo deberse a que muchos emigrantes mexicanos ya no pudieron llegar a Estados Unidos. El volumen de retornados cayó respecto a 2010, pero representó cerca del doble del registrado en el año 2010 (ver cuadro 1). Aunque la participación en volumen fue menor, la presencia espacial se mantuvo; la región histórica siguió encabezando la mayor aportación al fenómeno, seguida de las regiones centro, fronteriza y sureste. El año 2020 confirmó la tendencia que se observó en 2015, es decir, se produjo una desaceleración del retorno, aunque en términos absolutos el número de retornos fue mayor que los reportados en 1990 y 2000.

Con los elementos presentados en los párrafos anteriores es posible dar respuesta a las dos primeras preguntas que persigue responder este trabajo. En cuanto al volumen y la presencia espacial, puede argumentarse que el retorno pasó de ser un fenómeno de baja presencia y ocurrido en puntos muy específicos del país, a uno de carácter nacional, pues se produjo una expansión en términos geográficos a lo largo del tiempo. De 1990 a 2010 los datos indican que el retorno se triplicó cada década, y en 2015, aunque no continuó esta tendencia, el volumen fue significativo en el país. Lo relevante de los últimos años es que la región sureste apareció y cobró importancia en este fenómeno, y es posible determinar el momento exacto en que ello sucede (véanse mapas 1, 2, 3 y 4).

 

Metodología y tratamiento de los datos

Como se ha señalado, la parte descriptiva del panorama reciente del retorno de mexicanos procedentes de Estados Unidos se enriqueció con los microdatos de los Censos Generales de Población y Vivienda 1990, 2000, 2010, 2020 y la Encuesta Intercensal 2015 provistos por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEGI). La segunda parte de este artículo se centra en la información generada por el MMP. Como se ha mencionado, la definición de retorno en ambas fuentes de información no es comparable, pero juntas complementan el panorama, y sobre todo permiten responder las preguntas planteadas en este trabajo.

El MMP inició en 1998 y desde entonces ha levantado información año con año, por lo que se ha consagrado como un gran proyecto en los estudios de migración México-Estados Unidos. En los últimos levantamientos incorpora datos de varios países de América Latina, y la información se encuentra disponible y abierta para las personas interesadas. La importancia de la etnoencuesta utilizada en el MMP se centra en la cantidad de información recabada, la cual es útil especialmente para la comprensión del fenómeno migratorio, pero sobre todo es valiosa por la herramienta retrospectiva que utiliza, pues permite conocer historias de vida de individuos que se recopilaron cada año a partir del primero en las que puede encontrarse información de la migración tanto interna como internacional. Aunque la encuesta centra su atención en los jefes de familia y sus cónyuges, permite también conocer parcialmente las historias de los hijos. Si bien por el tipo de muestreo no se trata de una encuesta con representación nacional de todo México, sí recaba mucha información en las localidades seleccionadas para el muestreo; además, es una base de datos que se nutre año con año, de manera que permite hacer análisis de tipo longitudinal.

El MMP utiliza las bases life161 y Pratio, que dan cuenta, como se mencionó, de información proporcionada por jefes de familia y sus cónyuges en los hogares seleccionados, tanto en México como en Estados Unidos, recabada año tras año. Se procedió a construir la variable de interés, el primer retorno, y sus variables explicativas.

La definición de retorno para el modelo estadístico que se utiliza en este artículo hace referencia al año calendario en que cada individuo regresó después de haber migrado a Estados Unidos para identificar el tiempo que tardó en retornar; se hace la diferencia desde que emigró hasta que regresó. Esta variable se ha construido a partir del año del primer viaje al norte, agregando a este la duración del primer viaje. Cabe señalar que, con el fin de manejar años enteros, en el retorno la cifra se ha redondeado cuando queda en decimales, es decir, se ha considerado el tiempo que cada persona tardó en regresar a México en años completos. La manera en que se ha construido la duración de este evento llevó a muchos empates en la base (eventos con la misma duración), de ahí que, siguiendo a Cox (1972), se hará un análisis de sobrevivencia para tiempo discreto con un modelo logístico para alcanzar una mejor interpretación de la forma de la línea base en los modelos.

La metodología para realizar el análisis estadístico de los determinantes del retorno será un modelo de historia de eventos de tiempo discreto, para los cuales nos auxiliamos de tablas de vida a fin de conocer la función de sobrevivencia y el hazard (riesgo) de que ocurra el evento, midiendo el riesgo que existe de un posible retorno una vez que el cronometro inicia; es decir, desde el primer momento en que se emigra a Estados Unidos comienza a medirse el riesgo asociado a retornar. Se espera que haya diferencias estadísticamente significativas de acuerdo con variables con las cuales vamos a establecer diferencias: por región, periodo de retorno y sexo. Estas variables han sido justificadas en la primera parte de este trabajo.

Nuestra ventana de observación será desde el momento más antiguo de registro de emigración hasta el año 2017, debido a que la última fecha de levantamiento contenida en la base utilizada fue 2016; sin embargo, como hay individuos que emigraron en ese año y regresaron en el mismo año, por redondeo se registra 2017. Una vez que pasa el evento, es decir, que retornan después de su primera migración, esos individuos son considerados censoring (se dejan de observar), dado que lo que suceda posteriormente tras experimentar el retorno no es materia de este trabajo. Por su parte, los individuos que migraron y durante nuestra ventana de observación no retornaron sí se consideran por aportar años/persona vividos sujetos al riesgo de retornar, aunque nunca hayan sufrido el evento. Además, la ventana de observación se corta a un tiempo de exposición máximo de 50 años, dado que tras este periodo los eventos son pocos y se distorsiona la forma del hazard.

En los datos considerados para este artículo tenemos 77 515 años/persona de observación, en los cuales a 5 987 individuos les ocurrió el evento. Cabe señalar que, en nuestra base, el año registrado en que ocurrió la primera migración es 1906 y el del primer retorno es 1917.

 

Los determinantes del retorno

La palabra usada en el título de este trabajo y también en el de este apartado, determinantes, se usa en un sentido ambicioso, ya que algunos elementos que determinan el retorno de las personas mexicanas desde Estados Unidos son inmedibles y no susceptibles de procesarse en un modelo estadístico; sin embargo, sí serán consideradas como variables explicativas algunos elementos que la propia literatura ha señalado como relevantes para interpretar el retorno.

Mediante el cálculo de las tablas de vida puede obtenerse una primera aproximación sobre el comportamiento de los riesgos del primer retorno. Para una mejor interpretación visual se elaboraron las gráficas 1 y 2. La Gráfica 1 da cuenta de la función de sobrevivencia y en ella se expone un panorama de cómo los individuos que migraron, conforme pasa el tiempo, empiezan a experimentar el evento y retornan a México, de tal modo que la población expuesta al riesgo comienza a reducirse. Cabe señalar que en la población estudiada existe información de individuos que han estado expuestos al retorno hasta por 70 años, y que al cumplirse este periodo cerca del 20 % no había regresado, mientras que el resto lo hizo. Esta función permite afirmar que el tiempo mediano hasta el retorno es de tres años para todas las cohortes de análisis, es decir, que tres años después de que emigraron el 50 % de nuestra población retornó, por lo que se puede afirmar que el mayor riesgo de retorno se produce en los primeros años (véase Gráfica 1).

En la Gráfica 2 se interpreta el evento de retorno, en esta ocasión desde la perspectiva de riesgo de que le suceda el evento a la población de estudio. El mayor pico se encuentra, como se ha señalado, en los tres años posteriores a la migración; transcurrido este tiempo, los riesgos comienzan a decrecer. Es interesante observar cuándo suceden los siguientes picos: uno aparece a los 11 años, el siguiente a los 21 años y finalmente en las edades de retiro (lo que se ha llamado “efecto salmón”, es decir, las personas regresan a los lugares de origen a pasar sus últimos años de vida). Lo anterior muestra cómo cada individuo tiene un proyecto específico de migración en el que el retorno puede ser la conclusión.

 

 

Gráfica 1. Función de sobrevivencia al primer retorno de personas mexicanas desde Estados Unidos

Fuente: elaboración propia de acuerdo con la base life161 del MMP.

 

 

Gráfica 2. Hazard al primer retorno de mexicanos desde Estados Unidos

Fuente: elaboración propia de acuerdo con la base life161 del MMP.

 

Además, el hazard es útil en términos metodológicos para analizar qué tipo de modelo se ajusta mejor para explicar el fenómeno, ya que actúa como nuestra línea base, y a partir de ahí los distintos determinantes influirán en acelerar o desacelerar el riesgo de retorno. Mediante el tiempo y su modelación en distintos escenarios se determina qué modelo es el de mejor ajuste (Singer y Willet, 2003). En nuestro estudio, el mejor ajuste por test y por parsimonia se ajusta a un modelo cuadrático.

Se efectuó la construcción gradual de nuestros modelos para interpretar los determinantes asociados al riesgo del primer retorno de mexicanos desde Estados Unidos. Primeramente, se evaluó que las variables clave para explicar el fenómeno cumplen con el supuesto de proporcionalidad en cuanto a regiones, periodos de retorno y el sexo de los retornados, y el supuesto se cumple.

Para determinar los riesgos asociados a que el retorno se manifieste, en este trabajo se ha recurrido a las variables que se han propuesto en la literatura, lo que nos ha llevado a construir modelos anidados para evaluar tres aspectos: 1) ciclos y regiones migratorias, 2) características demográficas y económicas, y 3) redes migratorias.

Los ciclos migratorios ya se describieron al principio de este artículo, y en cada uno se esperaría un comportamiento diferente de los riesgos asociados al retorno, los cuales se pueden resumir en que: los contextos histórico-sociales de ambos países en cada ciclo fueron diferentes, los perfiles de emigración se diversificaron, y las políticas migratorias cambiaron, y por tanto el patrón migratorio.

 

 

Gráfica 3. Edades promedio por ciclo migratorio

Fuente: elaboración propia de acuerdo con la base life161 del MMP.

 

La Gráfica 3 ilustra las edades promedio de las personas que migraron y retornaron en cada uno de los ciclos migratorios. Como se puede observar, las brechas entre ambas curvas se amplían cuando el ciclo desfavorece la emigración; una primera lectura es que el tiempo de estancia, empatando las edades promedio, se alarga; sin embargo, una interpretación más admisible es que la mayor brecha se encuentra en el periodo de batalla, que coincide con el cambio de patrón que señala Durand (2016), ante una política migratoria persecutoria que dificulta la migración (véase Gráfico 3).

Incluir la categorización regional no solo involucra una descripción geográfica, sino que además hace referencia a la historicidad del fenómeno, a su intensidad, a la solidez de redes sociales y a la experiencia que se tiene para enfrentar el fenómeno.

Las variables de carácter demográfico que figuran en la base del MMP son varias. La primera es la edad de los retornados, dado que es una característica que da cuenta de las etapas del ciclo de vida de los individuos, entre ellas la transición a la adultez. El estado civil de los migrantes es otra variable demográfica, la cual según algunos autores es clave tanto para la emigración, como para definir los tiempos de estancia en el país anfitrión (Lindstrom, 1996; Massey y Espinosa, 1997). Esta variable es un factor para la emigración y ayuda a predecir el tiempo para el retorno, pues en el caso de las personas casadas o con pareja lleva a que se posponga por la responsabilidad económica que implica.

Otra de las variables familiares que inciden en la decisión de migrar, y por ende en la del retorno, es el número de menores en el hogar, dado que estos suponen una mayor carga económica para el proveedor porque demandan gastos de alimentación, vestido y educación, y a su vez en la mayoría de los casos no generan ingresos para la unidad familiar. Esta variable ha sido considerada por varios autores como un determinante para el retorno (Lindstrom, 1996; Massey y Espinosa, 1997).

Se han contemplado otras variables en la literatura, como los años de escolaridad, la cual juega un papel importante en el momento de la emigración y, por tanto, del retorno. En un primer momento el perfil del migrante era sumamente definido, la mayoría contaba con un nivel bajo de escolaridad; sin embargo, conforme avanza el tiempo el perfil de escolaridad ha ido aumentando (CONAPO, 2004). El incremento del volumen de retorno en los últimos años provocó que la escolaridad promedio de quienes retornan bajara (Terán, 2019), un efecto relativo del volumen de retornados involucrados.

Por otra parte, Massey y Espinosa (1997), en su trabajo sobre los riesgos asociados al retorno con 25 comunidades del MMP, sostienen que hay diferencias en el comportamiento de los riesgos de retorno si la persona cuenta con documento de ciudadanía o no. En tal sentido, esta variable es clave para entender el retorno, ya que puede incidir para que la persona lo posponga o lleve una vida binacional, con estancias temporales en cada uno de los países.

El retorno al país de origen es un proyecto con muchas implicaciones. Existen elementos que arraigan al lugar de origen, entre ellos, además de los emocionales o sanguíneos se encuentran los materiales o de capital económico. En estos se centra el segundo elemento de nuestro análisis. Se ha señalado que el proyecto migratorio, más cuando los individuos deciden independizarse y formar su propio hogar, implica migrar y ahorrar para construir una vivienda destinada a la nueva unidad familiar o para emprender un negocio (Massey, 1991), de ahí que se considere el hecho de tener una propiedad o negocio en el lugar de origen como vinculante o determinante para el retorno.

Un elemento clave en el fenómeno migratorio es el capital social, variable que está asociada con la disminución de costos de migración, y sobre todo con la afluencia de información y de recursos por el solo hecho de contar con una red de personas que pertenezcan o se identifiquen con un lugar. Los lazos de sangre o de compadrazgo influyen en los escenarios a los que se enfrenta la persona migrante, por lo que tener un conocido inserto en el destino o la ruta favorece las condiciones para hacer frente al fenómeno migratorio. En este trabajo se parte de la idea de que contar con el capital social suficiente influye en los riesgos asociados al primer retorno; esta variable se representa por las redes migratorias y la prevalencia de migración en la comunidad a la que se pertenece.

La propuesta del modelo queda como sigue:

 

 

El Cuadro 2 da cuenta de la definición de cada una de las variables involucradas en el modelo propuesto.

 

 

Cuadro 2. Definiciones de variables empleadas en los modelos de riesgo

Variable

Definición

Retorno_1

Todos los migrantes que estaban expuestos a retornar y que retornaron.

Tiempo

Duración de la exposición al riesgo hasta que sucede el retorno.

Tiempo 2

Forma en que se modela la línea base de los modelos.

Fronteriza

Región conformada por Baja California, Baja California sur, Coahuila, Chihuahua, Nuevo León, Sinaloa, Sonora y Tamaulipas.

Central

Región conformada por Ciudad de México, Guerrero, Hidalgo, Estado de México, Morelos, Oaxaca, Puebla, Querétaro y Tlaxcala.

Sureste

Región conformada por Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán.

Histórica

Región conformada por Aguascalientes, Colima, Durango, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, San Luis Potosí y Zacatecas. (Categoría de referencia)

Enganche

Periodo migratorio de México a Estados Unidos de 1990 a 1920.

Deportaciones

Periodo migratorio de México a Estados Unidos de 1921 a 1941.

Indocumentado

Periodo migratorio de México a Estados Unidos de 1965 a 1986.

Bipolar

Periodo migratorio de México a Estados Unidos de 1987 a 2007.

Batalla

Periodo migratorio de México a Estados Unidos de 2008 a la fecha.

Bracero

Periodo migratorio de México a Estados Unidos de 1942 a 1964. (Categoría de referencia)

Hombres

Retornados de sexo masculino.

Mujeres

Retornadas del sexo femenino. (Categoría de referencia)

Edad_retorno

Edad que reportaron las personas retornadas.

Matrimonio_lag

Situación conyugal del retornado un año antes de que se registró el evento.

Menores

Número de hijos que tiene el retornado.

Escolaridad

Número de años de escolaridad que reportó tener el retornado.

Documentado

Variable dicotómica que da cuenta de si el retornado cuenta con algún tipo de documento para estar en Estados Unidos.

Propiedades

Número de propiedades que el retornado reporta tener.

Negocio

Número de negocios que el retornado reporta tener.

Redes

Número de hermanos y hermanas con experiencia migratoria que el retornado ha reportado.

Prevalencia

Prevalencia migratoria de la comunidad.

Fuente: elaboración propia.

Se definieron tres modelos bajo las tres dimensiones mencionadas: 1) ciclos y regiones migratorias, 2) características demográficas y económicas y 3) redes migratorias. De estos, el modelo 3 es el que mejor ajuste mostró. Los resultados de cada uno de los modelos planteados se visualizan en el Cuadro 3, en el que destaca que los modelos son consistentes y que la explicabilidad de cada uno incrementa conforme se complejiza. Asimismo, las variables mantienen su signo y su significancia a lo largo de los tres modelos propuestos.

 

Cuadro 3. Modelos de riesgo de primer retorno de mexicanos desde Estados Unidos

Retorno_1

Modelo 1

 

Modelo 2

 

Modelo 3

 

Tiempo

0.827

***

0.840

***

0.844

***

t2

1.002

***

1.002

***

1.001

***

Fronteriza

0.816

***

0.881

*

0.838

**

Central

1.340

***

1.263

***

1.194

***

Sureste

1.435

***

1.303

***

1.201

**

Histórica

Categoría de referencia

Enganche (1990-1920)

0.482

 

0.339

 

0.315

 

Deportaciones (1921-1941)

1.771

***

1.430

**

1.367

*

Indocumentado (1965-1986)

2.226

***

1.901

***

2.009

***

Bipolar (1987-2007)

1.937

***

1.831

***

1.954

***

Batalla (2008-a la fecha)

0.731

***

0.811

**

0.880

 

Bracero (1942-1964)

Categoría de referencia

Hombres

 

 

0.931

 

0.924

 

Mujeres

Categoría de referencia

Edad_retorno

 

 

0.981

***

0.981

***

Matrimonio_lag

 

0.939

 

0.938

 

Menores

 

 

0.936

***

0.933

***

Escolaridad

 

 

1.000

 

1.000

 

Documentado

 

 

0.700

***

0.705

***

Propiedades

 

 

1.298

***

1.301

***

Negocio

 

 

1.247

***

1.239

***

Redes

 

 

 

 

0.959

***

Prevalencia

 

 

 

 

0.996

***

Intercepto

0.156

***

0.342

***

0.374

***

 

 

 

 

 

 

N=

 ٧٧ 515

 

77 515

 

77 515

 

R2=

0.1529 

 

 ٠.١٦٤٨

 

 ٠.١٦٥٧

 

Fuente: estimaciones propias de acuerdo con la base life161 del MMP.

 

* p<0.05; **p<0.01; ***p<0.001

Para la interpretación de resultados nos concentraremos en el modelo 3, y de los otros modelos únicamente mostraremos los datos que se ofrecen en el Cuadro 3 para evitar ser redundantes, ya que los tres son consistentes en cuanto al efecto de cada una de las variables sobre el riesgo asociado al primer retorno y la significancia estadística en la mayoría de las variables.

La categoría “intercepto” se refiere a la población cuando todas las variables explicativas toman el valor de cero junto a nuestras categorías de referencia; por tanto, a partir de aquí cada vez que nos refiramos a la referencia estaremos hablando de mujeres, de la región histórica, que retornaron en el periodo bracero, no unidas y sin documentación. Este coeficiente ha resultado negativo y significativo, es decir, que el contar con las características anteriores desacelera en un 63 % el riesgo de que se lleve a cabo el primer retorno.

En nuestra hipótesis central dijimos que las diferencias regionales en cuanto al retorno eran significativas. En este sentido, de acuerdo con las categorías de referencia, el pertenecer a la región fronteriza desacelera el riesgo de que ocurra el primer retorno en un 17 %, lo cual es significativo estadísticamente. Por otro lado, pertenecer a la región centro incrementa el riesgo de retorno 1.19 veces respecto a la categoría de referencia, efecto muy similar al que ocurre en la región sureste, que también presenta una aceleración del riesgo de 1.2 veces. Parecería que, cuanto menor ha sido el tiempo transcurrido desde el inicio de la migración, mayor es el riesgo de retorno; tal vez una explicación es que las redes migratorias son menos solidas que en las regiones donde la migración es más antigua, y las probabilidades de ser documentados o de contar con comunidades de paisanos en el destino es más baja, es decir, no tener una comunidad de soporte en tiempo de crisis puede ser una característica de vulnerabilidad y, por tanto, puede incidir en el retorno.

Los ciclos migratorios son una variable de importancia y, como se ha señalado en la hipótesis de este trabajo, implican contextos migratorios específicos de acuerdo con la época, por lo que existen grandes diferencias entre ellos. En el periodo denominado de enganche se desacelera el riesgo de retornar en un 69 % respecto a la categoría de referencia, aunque no resulta significativo, mientras que en el ciclo de deportaciones se acelera el riesgo 1.36 veces respecto a la categoría de referencia. En la época de los indocumentados el riesgo de primer retorno se acelera en dos veces, mientras que en la era bipolar el riesgo asociado a retornar también se acelera en 1.95 veces respecto a la categoría de referencia; ambas cifras son significativas. Por otro lado, el ciclo referido a los años recientes, la batalla por la reforma migratoria, tiene un efecto de desaceleración en 12 % respecto a la categoría de referencia, pero no resulta significativo.

Los resultados muestran diferentes riesgos de retorno en cada uno de los ciclos migratorios, aunque no todos de manera significativa, pero lo interesante es que marcan de un modo preciso la situación de la relación migratoria entre México y Estados Unidos. Es decir, cuando el país vecino ha cerrado su frontera el riesgo de retornar se acelera, pero cuando ha necesitado de mano de obra mexicana se desacelera. Resalta el efecto que se observa sobre el ciclo más reciente, cuando se desacelera el riesgo, lo cual es una consecuencia de que en la actualidad las fronteras comienzan a ser impenetrables y las personas migrantes desean permanecer en Estados Unidos por dos situaciones: la primera, porque muchas han tenido hijos nacidos en aquel país y la familia está allá, lo que disminuye los motivos para querer retornar y, la segunda, para acumular tiempo de residencia y poder alcanzar algún tipo de regularización migratoria. Estos resultados son similares a los reportados en otros estudios respecto al retorno en algunos países de América Latina (Fernández-Sánchez et al., 2022)

Las diferencias por sexo no han sido significativas, resultado asociado con el diseño del instrumento de recolección, pues en este se priorizó la historia migratoria del jefe de familia frente a las de los otros miembros, y también por los periodos considerados, dado que la migración femenina, en perspectiva con la masculina, es más reciente.

En cuanto a la edad de retorno, ha resultado ser una variable significativa al encontrarse que, por cada año que cumpla el retornado, el riesgo del primer retorno se desacelera en un 2 %. Por otro lado, el estatus marital resultó no significativo.

Los menores en el hogar son una variable que se refleja en una carga económica para el proveedor del entramado familiar cuando en el origen la situación no es favorable, por lo que este encuentra en la migración una vía para obtener un ingreso que le permita solventar las necesidades económicas del hogar; en este sentido, cuanto mayor es el número de menores dependientes la carga es mayor y, por tanto, el retorno se tenderá a posponer. Los resultados obtenidos son consistentes con este planteamiento y, por cada menor que exista en el hogar, el riesgo de retorno se desacelera en un 6 %.

En cuanto a la escolaridad, a pesar de ser una variable que refleja el capital humano por cada año de escolaridad adicional, no se encuentran evidencias significativas del efecto sobre el riesgo de retornar. No queremos decir con esto que la escolaridad no sea relevante para el fenómeno, sino que un año adicional de educación no hace diferencias significativas; posiblemente, si esta variable se categorizara por niveles educativos podríamos encontrar un efecto significativo.

La documentación de los retornados tiene un efecto de desaceleración sobre el riesgo de retornar del 29 %, variable que ha resultado significativa. Los resultados se interpretan por el hecho, no de que ya no regresen a México, sino de que lo hacen de forma recreativa en lugar de con la finalidad de establecerse, dado que prefieren laborar en el país de destino.

El contar con capital en el origen es un elemento de arraigo que predispone a un proyecto de retorno programado; si no, ¿qué sentido tendría invertir en un lugar al que no se piensa regresar? Encontramos que las variables utilizadas para medir este punto resultan significativas; en cuanto a las propiedades, se ha observado que, por cada propiedad con la que se cuente en el origen, el riesgo del primer retorno se acelera en 1.3 veces. Asimismo, por cada negocio con el que se cuente, el riesgo asociado al retorno se acelera en 1.2 veces.

El tema del capital social se expresa por las redes con las que cuenta la persona migrante. En esta variable encontramos que, por cada familiar que se tiene en Estados Unidos, el riesgo de enfrentar el primer retorno disminuye en un 4 % y, en cuanto a la prevalencia migratoria de la comunidad, también disminuye el riesgo de retorno en un 1 %, variables que resultaron significativas. El contar con una red familiar en el destino lleva a posponer el retorno; además, si a esto agregamos que parte de la familia se encuentra en el destino, no existen motivos familiares que precipiten el retorno.

Los resultados mostrados hasta aquí nos han permitido responder a las preguntas que se plantearon al principio de este trabajo.

 

Consideraciones finales

El objetivo de este estudio se centró en plantear que existen diferencias en cuanto al riesgo de que ocurra un primer retorno de personas mexicanas desde Estados Unidos de acuerdo con la época en la que se experimentó la migración; las razones se encuentran en que los tiempos y las características no han sido las mismas a lo largo de la historia migratoria entre México y Estados Unidos. En un principio, en la migración se observaban lugares de origen y de destino muy específicos, pero, conforme avanzó el desarrollo del fenómeno, llegó a tomar envergadura nacional en ambos países, conllevó diferentes perfiles de personas, y sobre todo diferentes riesgos asociados con el propio retorno.

Se estudió el retorno de mexicanos desde una perspectiva poco explorada que involucró una mirada regional, pero combinada con los ciclos migratorios (temporal) y el sexo de los individuos involucrados (perfil). En este artículo planteamos un panorama de lo que implica estudiar el retorno desde una perspectiva espacial, temporal y de trayectorias individuales para contextualizarlo de mejor manera. Asimismo, tangencialmente mostramos lo útil que es contar con una base de información histórica y vigente sobre las características de los individuos que enfrentan el fenómeno migratorio y los efectos que este produce sobre los hogares, tanto en origen como en destino, todo lo cual nos ha permitido visualizar cambios en el patrón migratorio México-Estados Unidos a partir de elementos que solo provee el MMP.

Las hipótesis que dan cuerpo a este documento han sido contrastadas en su totalidad y nos permiten afirmar de manera significativa y con información estadística que estas se cumplen. Se desprende entonces que el retorno ha sido un fenómeno creciente en términos de volumen y de extensión en el espacio, en el que se vislumbra la aparición de nuevas regiones de retorno y, sobre todo, que este fenómeno ha pasado a ser de carácter nacional, aunque las diferencias regionales son evidentes, y no solo en términos de volumen e intensidad, sino en características asociadas con el contexto espacial, cultural e histórico de cada una de ellas, y en sí en todo lo que encierra el concepto de región en cuanto a integración e identidad.

En relación con el contexto temporal de los ciclos migratorios, encontramos diferencias en cuanto a los riesgos asociados al retorno, pero tras esta categorización pudimos estudiar los contextos históricos y de relaciones económicas, políticas, sociales y culturales de ambos países, sobre todo los relacionados con la masividad del fenómeno en los lugares involucrados. Por otro lado, no fue posible comprobar estadísticamente posibles diferencias por sexo debido a que las mujeres se incorporaron recientemente a la emigración y al retorno, además de por el diseño de la propia encuesta del MMP.

Los resultados encontrados en este trabajo permiten señalar que estudiar el retorno no solo involucra un concepto, sino que este debe matizarse bien con las distintas características teóricas que lo definen; es decir, que el retorno no cabe en una sola bolsa, sino que debe clasificarse de acuerdo con distintas categorías para interpretarlo mejor, tales como el retorno reciente, el histórico, el voluntario, por deportación, entre otras. Los hallazgos mostrados en el presente documento refieren a una nueva historia del retorno que se caracteriza por tiempos de estancia más largos, esto debido a varias razones, entre las que podemos destacar: más dificultades para migrar que las que se enfrentaban tradicionalmente (de manera indocumentada), una política migratoria fronteriza más hermética, la existencia de una comunidad mexicana más amplia en Estados Unidos y la existencia de familias trasnacionales.


Bibliografía citada

Arias, Patricia. (2009). Del arraigo a la diáspora: dilemas de la familia rural. México: Cámara de Diputados LX Legislatura / Universidad de Guadalajara, Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades / Miguel Ángel Porrúa. 

Aznar, Yésica. (2011). Otro norte, otro terruño. Reconstruyendo los sentidos y las identidades de los retornados en localidades urbanas (tesis de doctorado). El Colegio de México, México. Disponible en https://repositorio.colmex.mx/concern/theses/nc580n017?locale=es

Calva, Luis Enrique. (2022). Perfiles y tendencias en la migración de retorno a México durante la administración de Trump. Estudios Fronterizos, 23, pp. 1-22, doi: https://doi.org/10.21670/ref.2217101

Cerase, Francesco. (1974). Expectations and reality: a case study of return migration from the United States to Southern Italy. The International Migration Review, 8(26), pp. 245-262, doi: https://doi.org/10.2307/3002783

CONAPO. (2004). La nueva era de las migraciones: características de la migración internacional de México. México: Consejo Nacional de Población.

CONAPO. (2013). La migración femenina mexicana a Estados Unidos. Tendencias actuales. Boletín de Migración Internacional, 1(1), pp. 1-19. Disponible en http://www.conapo.gob.mx/work/models/OMI/Resource/652/1/images/boletinMigracionNo1_8_03_13.pdf

Corona, R. (1993). Características de la migración en el Estado de México en el periodo 1950-1990. En Estado actual de la migración interna e internacional de los oriundos del Estado de México. México: El Colegio de la Frontera Norte / Consejo Estatal de Población. 

Cox, D. (1972). Regression models and life tables. Journal of the Royal Statistical Society, 34(2), pp. 187-220.

Durand, Jorge. (1998). Nuevas regiones migratorias. En René Zenteno (coord.), Población, desarrollo y globalización. V Reunión de investigación socio-demográfica en México (vol. 2, pp. 101-105). México: El Colegio de la Frontera Norte. 

Durand, Jorge. (2004). Ensayo teórico sobre la migración de retorno. El principio del rendimiento decreciente. Cuadernos Geográficos Universidad de Granada, 35(2), pp. 103-116. Disponible en https://revistaseug.ugr.es/index.php/cuadgeo/article/view/1784 

Durand, Jorge. (2007). Braceros: las miradas mexicana y estadounidense; antología (1945-1964). México: Porrúa.

Durand, Jorge. (2016). Historia mínima de la migración México-Estados Unidos. México: El Colegio de México.

Durand, Jorge y Massey, Douglas. (2003). Clandestinos: migración México-Estados Unidos en los albores del siglo XXI. México: Universidad Autónoma de Zacatecas / M. A. Porrúa. 

Durand, Jorge y Arias Patricia. (2014). Escenarios locales del colapso migratorio. Indicios desde los Altos de Jalisco. Papeles de Población, 20(81), pp. 165-192.

Fernández, Eduardo. (2011). Revisión bibliográfica sobre la migración de retorno. Norteamérica, 6(1), pp. 35-68, doi: https://doi.org/10.22201/cisan.24487228e.2011.1.122

Fernández-Sánchez, Higinio, Vásquez-Ventura, Ingrid Stephanie, Rivera-Ramírez, Pedro Iván y Zahoui Ziad. (2022). Migración de retorno en Latinoamérica y el Caribe: una revisión sistemática exploratoria. Migraciones Internacionales, 13, pp. 1-23, doi: https://doi.org/10.33679/rmi.v1i1.2431

Gandini, Luciana, Lozano, Fernando y Gaspar, Selene. (2015). El retorno en el nuevo escenario de la migración entre México y Estados Unidos. México: Consejo Nacional de Población. Disponible en: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/39174/ElRetornoEnelNuevoEscenariodeMigracion.pdf

INEGI. (1990). XI Censo General de Población y Vivienda 1990. México: INEGI. Disponible en https://www.inegi.org.mx/programas/ccpv/1990/

INEGI. (2000). XII Censo General de Población y Vivienda 2000. México: INEGI. Disponible en https://www.inegi.org.mx/programas/ccpv/2000/

INEGI. (2010). Censo de Población y Vivienda 2010. México: INEGI. Disponible en https://www.inegi.org.mx/programas/ccpv/2010/

INEGI. (2015). Resultados definitivos de la Encuesta Intercensal 2015. México: INEGI (Boletín de prensa núm. 524/15). Disponible en https://www.inegi.org.mx/contenidos/programas/intercensal/2015/doc/especiales2015_12_3.pdf

INEGI. (2020). Censo General de Población y Vivienda 2020. México: INEGI. Disponible en https://www.inegi.org.mx/programas/ccpv/2020/

IPUMS USA. (2023). U.S Census data for social, economic and health research. Disponible en https://usa.ipums.org/usa/

King, Russell. (2000). Generalizations from the history of return migration. En Bimal Ghosh (ed.), Return migration: Journey of hope or despair? (pp 7-55). Ginebra: Organización Internacional de las Migraciones / Departamento de Información Pública de las Naciones Unidas.

Lindstrom, David. (1996). Economic opportunity in Mexico and return migration from the United States. Demography, 33(3), pp. 357-374, doi: https://doi.org/10.2307/2061767

Massey, Douglas. (1991). Los ausentes: el proceso social de la migración internacional en el occidente de México. México: Alianza.

Massey, Douglas y Espinosa, Kristin. (1997). What’s driving Mexico-U.S. migration? A theoretical, empirical, and policy analysis. American Journal of Sociology, 102(4), pp. 939-999. Disponible en https://www.jstor.org/stable/2782024

Mora, Ricardo. (2015). Incremento en los riesgos asociados al cruce fronterizo clandestino y tiempo de permanencia de los migrantes indocumentados 1965-2008 (tesis de doctorado). El Colegio de México, México. Disponible en https://repositorio.colmex.mx/concern/theses/c821gk006?locale=es

Passel, Jeffrey, Cohn, D’Vera y González, Ana. (2012). Net Migration from Mexico Falls to Zero, and Perhaps Less. Washington: Pew Hispanic Center, Abril.

Singer, John y Willet, Judith. (2003). Applied longitudinal data analysis: Modeling change and event occurrence. Oxford, Nueva York: Oxford University Press.

Terán, Diego. (2014). La migración entre México y Estados Unidos, hacia la nueva geografía del retorno del siglo XXI. (Tesis de maestría). El Colegio de México, México. Disponible en: https://repositorio.colmex.mx/concern/theses/bc386j52m?locale=es

Terán, Diego. (2019). Dinámicas municipales del retorno migratorio de mexicanos provenientes de Estados Unidos 1990-2015: repensando la geografía (tesis de doctorado). El Colegio de México, México. Disponible en: https://repositorio.colmex.mx/concern/theses/gq67jr57z?locale=es

Terán, Diego. (2022). Análisis de la situación de la migración de retorno a México desde Estados Unidos. Descripción de las características socioeconómicas en ambos países frente a situaciones de emergencia por la COVID-19. México: Fondo de Población de las Naciones Unidas. Disponible en: https://mexico.unfpa.org/es/publications/análisis-de-la-situación-de-la-migración-de-retorno-méxico-desde-estados-unidos

Terán, Diego, Giorguli, Silvia y Sánchez, Landy. (2016). Reconfiguraciones de la geografía del retorno de Estados Unidos a México 2000-2010: un reto para las políticas públicas. En La situación demográfica de México 2015 (pp. 285-304). México: Consejo Nacional de Población. Disponible en: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/504274/SDM_2015.pdf

Villar, Juan. (2003). El retorno en las migraciones españolas con Europa en siglo XX precisiones conceptuales y anotaciones bibliográficas. Papeles de Geografía, (37), pp. 261-276. Disponible en https://revistas.um.es/geografia/article/view/46421

Zenteno, René. (2012). Saldo migratorio nulo: el retorno y la política anti-inmigrante. Coyuntura Demográfica, 2, pp. 17-21. Disponible en https://coyunturademografica.somede.org/wp-content/plugins/coyuntura_demografica/DEMOGRAFICA/ARTICULOS/PUB-2012-02-019.pdf

Zúñiga, Víctor y Hernández-León, Rubén. (2005). New destinations: Mexican immigration in the United States. Nueva York: Russell Sage Foundation.

Notas

1 El Proyecto de Migración Mexicana (MMP por sus siglas en inglés) se originó en 1982 con la dirección de Jorge Durand y Douglas S. Massey. Sus objetivos se centran en recabar información de manera constante para interpretar los cambios en la migración México-Estados Unidos; desde ese año se ha levantado información de manera continua hasta la fecha en ambos países. Para más información se recomienda revisar el sitio: https://mmp.opr.princeton.edu/home-es.aspx

2 La definición estricta de retorno migratorio se refiere a los individuos que vuelven a su país de origen con la finalidad de quedarse y no reemigrar; por otra parte, la definición censal que utiliza el INEGI considera a los individuos que durante el quinquenio anterior a la fecha del censo vivían en Estados Unidos y en el momento de la encuesta ya residían en México (Terán, 2019). En este trabajo se considera retorno cuando los individuos estuvieron en Estados Unidos y al momento de la entrevista del MMP ya vivían en México.

3 El término “riesgo” en la metodología de análisis de sobrevivencia que se emplea en este artículo se interpreta como el tiempo de exposición a que se registre el evento de interés; en este caso se habla del tiempo promedio que tarda en que se registre el retorno migratorio de mexicanos desde Estados Unidos.

4 Aunque en la discusión teórica en curso el retorno migratorio y la migración circular son fenómenos distintos (Terán, 2022), en términos de movimiento son similares. Para este trabajo, como se ha indicado en la nota 2, el retorno migratorio utilizado por el INEGI en la estadística censal incluye a los individuos que cinco años antes del censo residían en Estados Unidos y en el momento de realizarse el censo vivían en México, Por otro lado, la estadística del MMP incluye a los individuos que estuvieron en Estados Unidos y volvieron a México, aunque esta no es estricta en cuanto al quinquenio de referencia y, de acuerdo con la metodología de la encuesta, se refiere a quienes regresan con fines de establecerse en el país de origen.

5 La encueta del MMP deja fuera los retornos por visitas vacacionales, dado que la historia de vida de los jefes de familia se construye a partir de años/persona y, como la temporalidad de estancia más extensa la reportan en Estados Unidos, quedan fuera del análisis sus visitas a México, además de que en estas no se establece algún vínculo laboral en el origen.