TESTIMONIO RANCHERO. LA VISIÓN DE UN NOTABLE, ASCENCIO FRANCO, GABRIEL BIBLIOTECA POPULAR DE CHIAPAS, GOBIERNO DEL ESTADO DE CHIAPAS, 2006

 

José Rubén Orantes García
PROIMMSE-IIA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

 

RESUMEN: Este artículo aplica un enfoque de antropología jurídica a la exploración y desarrollo de nuevas prácticas de investigación en el campo de los derechos humanos, a partir de la experiencia acumulada en los últimos años en el Instituto Interamericano de Derechos Humanos.

El proceso ha implicado revisar y reorientar las tendencias de investigación en este tema para favorecer, de una parte, un camino de salida al privilegio que han tenido los análisis sobre violación de los derechos e incorporar otros senderos de exploración que atienden las variaciones en su promoción y protección; y, de otra parte, un balance adecuado entre la perspectiva jurídica y las perspectivas políticas y sociales de los fenómenos relativos a los derechos humanos y la democracia.

Se muestran encuadres sobre el desarrollo de la antropología jurídica y de los enfoques de investigación en derechos humanos, ejemplos de algunas aplicaciones que han implicado adecuaciones en la definición del objeto, en las aplicaciones metodológicas y en el tipo de resultados, además de una reflexión sobre el punto de encuentro entre estas dos tradiciones.

PALABRAS CLAVE: Antropología jurídica, derechos humanos, investigación.

ABSTRACT: This article applies a legal anthropology approach to exploration and development of new research practices in the human rights field, based on the experience accumulated in recent years by the Inter-American Institute on Human Rights. The process has included the review and reorientation of research trends in this theme, with the purpose, on one hand, of steering toward departure from the privileged role held by analyses of rights violations, in favor of the incorporation of other paths of exploration that address variations in their promotion and protection. And, on the other hand, to favor an adequate balance between the legal perspective and the political and social perspectives of phenomena related to human rights and democracy.

The article presents frameworks on the development of legal anthropology and approaches to human rights research, as well as examples of some applications that have implied adaptations in the definition of the object, in methodological applications, and in types of results, as well as a reflection on the meeting point between these two traditions.

KEY WORDS: Legal anthropology, human rights, research practices.

 LA VIDA DE UN NOTABLE(MENTE) DESCONOCIDO  
EN LA REGIÓN FRONTERIZA DEL ESTADO DE CHIAPAS

 

INTRODUCCIÓN

Testimonio ranchero. La visión de un notable pretende, como el autor explica, un acercamiento al mundo ganadero en Chiapas desde el punto de vista de un personaje ligado a la vida campirana del siglo XX, y que a diferencia de otros textos de literatura antropológica, como Juan Pérez Jolote de Pozas (1952), aquí el notable no tiene nombre ni apellidos. Se trata de un libro narrativo, descriptivo, que expresa una amplia visión del contexto rural en la zona fronteriza del estado. Nos conduce mediante el registro del pasado, de la memoria y la trasmisión oral, a conocer la vida de un individuo con familia ranchera y su experiencia en el campo, cómo la geografía del estado va cambiando y cómo la política productiva hace posible la creación de las elites en las regiones; ya en los capítulos finales se habla de su incursión en la política y cómo esta ayuda en gran parte a los intereses productivos de la región, específicamente de la parte fronteriza, «La Trinitaria y regiones aledañas». 

Narra anécdotas de su juventud, describiendo a la familia ranchera, y de nuevo la manera en que esta se apropia de la vida del campo y hace que se mezcle con aspectos políticos productivos y llegue la utilización de tecnología médica por medio de la industria farmacéutica, ligada al estudio de la veterinaria. Este libro es una aportación a los textos narrativos, descriptivos, o bien a la llamada etnografía de la regionalidad.

 

ESTRUCTURA Y CONTENIDO

La obra se divide en cuatro capítulos más una nota introductoria escrita por el autor, en la cual expone por qué Testimonio ranchero. La visión de un notable es un acercamiento a la vida del campo del siglo XX. Los apartados se refieren a este proceso, en el cual el individuo entrevistado pasa a ser, como dice, un notable de la región y un gran visionario del campo, de la producción animal y de la vida en el rancho.

 

FAMILIA Y PROPIEDAD  

En esta primera parte el personaje central, a quien se entrevista, trata de explicar el origen de los rancheros en su región y describe algunos aspectos de su familia y su propiedad y cómo esta toma rasgos de rancho. Empieza platicando acerca de su abuelo, de sus rasgos, cuyo padre era de origen español. La madre de su progenitor nació en Villahermosa, Tabasco. Después de un largo proceso llegaron a Comitán. El abuelo se dedicó a la milicia y participó en la batalla de Puebla; luego regresó a tierras comitecas. A él le agradaba la vida del campo y tenía gran pasión por el ganado, lo cual le permitió dedicarse a la arriería y el comercio; tenía relaciones comerciales con Guatemala, adonde emigró algún tiempo, y a su regreso compró una propiedad, un ranchito. La madre de este notable tuvo formación y preparación, era profesora y vivió en el rancho hasta que nacieron sus hijos. Él no puede explicar el origen de las propiedades pero describe ampliamente la vida del campo y cómo fue apartado del rancho para estudiar en la ciudad. Los ranchos familiares estaban ubicados en tierra fría. El notable vivía en Zapaluta, por la escuela, y regresaba al rancho en vacaciones; su padre no tenía una visión comercial, aunque se dedicaba a vender leche porque era propietario de algunas vacas. La vida del rancho no resultaba sencilla. Todo el mundo era católico y se disfrutaba de las fiestas en honor del santo patrono. Se producía maíz para el autoconsumo, y cuando los animales eran arrastrados por las lluvias debido a las crecientes de los ríos se utilizaban para comer, o cuando se mataba algún animal todos se repartían la carne y la salaban; o los ordeñaban para producir leche. Era una vida de trabajo. Con el tiempo el protagonista fue a estudiar a la ciudad de México, donde vivió con parientes. 

 

EDUCACIÓN DE LA ELITE  

En este capítulo el personaje central cuenta cómo llegó a la ciudad México con los deseos de estudiar. Allá cursó la secundaria; comenta la convivencia con su familia y retoma algunos aspectos de su juventud de manera anecdótica, desde la relación con sus compañeros en la escuela hasta el regreso cada temporada de vacaciones al rancho. Particularmente describe parte de su adolescencia y de su formación universitaria como un aspecto fundamental. En este sentido, dice cómo deja de vivir con sus parientes y logra sobrevivir con el poco dinero que sus padres le enviaban. Describe la vida social de la ciudad de México en periodos particulares, desde el aspecto del espectáculo y las noches de cabaret hasta los movimientos estudiantiles, que forman en él un carácter social y, como lo dice en un principio, no entendible; participa en varios aspectos sociales de su universidad y trata de ir a Cuba porque se proclama comunista sin saber qué era eso. 

 Logró terminar sus estudios universitarios de Medicina Veterinaria e incursionó en aspectos laborales, desde dar consultas a compañeros suyos hasta el ramo farmacéutico, no conocido ni implementado en regiones apartadas, lo cual hace que empiece a conocer la situación ganadera del sur de México. Después de terminada la universidad trabajó en una empresa farmacéutica para animales, donde se le propuso la posibilidad de ofrecer los productos que generaba, por lo cual se hizo agente de ventas y decidió ir hacia el sur. Entonces, además de los productos ofrecía sus servicios, apegándose al campo y conociendo la política productiva de las regiones de Chiapas. Describe al estado totalmente incomunicado, aislado geográficamente. 

La relación con algunos productores y políticos, la necesidad de políticas agrarias, como así menciona, la vinculación más estrecha con la vida de campo y ver cómo el proceso de modernización que en algún momento llegó a Chiapas había propiciado cierta actividad de explotación agrícola y ganadera, es parte de lo descrito en el texto. Ya se habían creado las elites regionales y los ganaderos tenían cierta incursión en asociaciones agrícolas y políticas. Pudo hacerse de contactos que lo orillan a incursionar en este ámbito político; el trabajo hizo que conociera las regiones ganaderas de Chiapas. Muy conciente de que en La Trinitaria no se propiciaba las grandes porciones ejidales, empezó a producir leche y queso, ya que por la buena tierra y el buen pasto había una gran producción. Él ya pertenecía a un gremio ganadero importante y en la Asamblea Ganadera Local expuso la importancia de la inseminación para mejorar la producción animal, después remitió una carta al gobernador; de esto surgieron dos situaciones: la incursión en la producción animal gracias a la inseminación, y su participación en la política.

 

POLÍTICA LOCAL   

En este apartado el notable narra cómo incursionó en la política local hasta llegar a ser presidente de La Trinitaria, y cómo el aspecto político en ciertas regiones era «cosa de unos cuantos», en sus propias palabras. Su familia tenía incidencia en los aspectos políticos, tanto que él quitó de su puesto a un primo cuando se postuló para presidente. Narra que su tío fue a hablar con el dirigente del partido, el único, el PRI, y que lo propuso, por lo cual tuvo que movilizarse con gente importante de la región, los campesinos, sus cooperativas, el gremio ejidal y algunos productores. Llegó a ser presidente municipal siendo muy joven y sin experiencia. Tenía la visión de hacer lo posible por ayudar y señala precisamente las pocas obras que pudo llevar a cabo por el raquítico presupuesto; incluso dice que no tenía sueldo, pues sólo le pagaban viáticos para viajar a Tuxtla, para la comida y el regreso. Su gabinete o su personal de trabajo fue familiar, y la presidencia municipal representó una época muy buena para él, aunque aún existían el analfabetismo, el cacicazgo y la falta de conocimiento en el ámbito político. 

 Una de sus primeras obras fue la reconstrucción del palacio municipal, que ya estaba por caerse. Ésta le costó mucho trabajo porque no solo pidió recursos al gobierno, que al final se los dio, también contó con la ayuda de las comunidades y el pueblo, la cual se reflejó en el trasporte, la mano de obra y la comida. Su carácter enérgico hacía que las cosas se hicieran a su modo. Pronto realizó más obras, como la creación de la secundaria en la cual impartió clases, y después la instauración de un jardín de niños; la presidencia pagaba los sueldos de las educadoras y luego, utilizando la casa de su padre, estableció una casa de cultura en donde se aprendían oficios. 

Más tarde fundaría el registro civil. La situación de este maestro era diferente, pues cumplía con educar, servir de comisariado ejidal y otros aspectos. La vida política en los setenta era elección de unos cuantos. Cuando salió del periodo presidencial toda la situación política había cambiado, se habían organizado grupos de campesinos, incursionando en estos aspectos políticos contra los caciques. Surgieron nuevas localidades. Obreros agrícolas y maestros contemplaron este aspecto. Al final de su periodo presidencial tres grupos estaban en la búsqueda de su puesto.

 

LIDERAZGO REGIONAL  

Siendo presidente municipal no se olvidó de la vida del rancho, pues construyó una casa enfrente de la de su padre; cuando dejó la presidencia tenía ya algunos contactos que le permitieron adentrarse en la producción de algodón. La primera en el sur le fue muy bien, y llegó a ser parte de la Tesorería de productores de algodón. Para esto la región ya era productora y existía una Consejo de Sanidad Vegetal para el control de plagas del algodón. Ya pasado el auge algodonero de nuevo se dedicó a la producción ganadera, y ésta y su experiencia en la cosecha de algodón le hicieron ocupar nuevos puestos. A partir de 1973 fue presidente de la Asociación de Municipios y Caminos, representante de Nestlé en Comitán, promotor de la Campaña Nacional contra la Garrapata, y posteriormente volvió a ser presidente municipal y diputado federal. Se dedicó a la ganadería totalmente, llegando a ser titular de la Asociación Ganadera Local. 

Se casó en 1973, y estando en Nestlé se dedicó a hacer investigaciones de saneamiento del ganado. Su experiencia en el campo hizo incluso que incursionara en el aspecto social. Cuando fue presidente municipal por segunda vez la situación política era diferente, pues existían más asociados al partido y la modernidad estaba dándose en todas partes. Su experiencia en la Confederación Nacional Campesina le llevó a varias partes del estado y a conocer la problemática productora. Como diputado federal conoció más regiones y problemas no solo relacionados con el campo sino también con factores sociales. Llegó a ser regidor de Comitán. Actualmente el ganadero forma parte de un gremio, además sigue como profesionista. El ranchero afirma lo siguiente: «Los gobiernos se han preocupado por la ganadería, pero los rancheros se han constituido como un grupo con fuerza política para controlar el poder».

 

CONCLUSIONES

Todo este recorrido por la obra de Gabriel Ascencio, Testimonio ranchero. La visión de un notable, me hizo reflexionar acerca de la relación de la literatura con los esfuerzos de la etnohistoria para construir una teoría de la cultura que dé cuenta del fenómeno de las sociedades y de su lógica social. Brevemente podemos decir que la antropología y la historia son complementarias, y que el antropólogo debe conocer lo más posible de la historia del grupo que estudia. Para Lévi-Strauss hay cuatro clases de historia, por lo que se hace necesario entender si es la «historia que los hombres hacen sin saberlo; o si es la historia de los hombres tal como los historiadores la hacen, sabiéndolo; o si es la interpretación, por el filósofo, de la historia de los hombres, o por último si es la historia de los historiadores» (1964: 363). Es necesario diferenciar entre las cuatro. Debemos recordar que la historia de los historiadores, tanto como la cultura de una sociedad, según los antropólogos, son una abstracción y elección de datos realizados por el historiador.1 Para Lévi-Strauss, pues, la historia no es la verdad sino una verdad contingente, un mito. Y la historia de los historiadores es aún más que un mito (ibíd., p. 370).

Lévi-Strauss nos dice que la historia organiza sus hechos en relación con expresiones concientes de la vida social; la antropología busca los fundamentos inconcientes. Esto quiere decir que el fin último de la antropología no es construir al hombre, sino disolverlo; de ir más allá de la diversidad etnográfica para llegar a invariables sobre los seres humanos y sus culturas. 

 

... le interesa al antropólogo, sobre todo, los hechos no escritos, no tanto porque la gente que él estudia es incapaz de escribir, sino porque lo que le interesa principalmente es diferente de todo lo que usualmente piensen los hombres en registrar en piedra o en papel. Entonces, es necesario reconocer solamente que «la historia es un método al cual no corresponde un objeto distinto» (p. 380) y que esta consiste totalmente en su método, «del que la experiencia demuestra que es indispensable para inventariar la integridad de los elementos de una estructura cualquiera, humana o no humana» ... Es la historia la que sirve de punto de partida para toda búsqueda de la inteligibilidad. Como se dice de algunas carreras, la historia lleva a todo, pero a condición de salir de ella (ibídem). 

 

Si aceptamos el punto de vista de Lévi-Strauss encontramos dos implicaciones importantes: 1. debemos estudiar la historia en todos los aspectos de nuestro sujeto, y 2. tenemos que ir más allá de la historia. Lo anterior nos lleva a pensar que la importancia de la etnohistoria para la antropología consiste en dar a los antropólogos una dimensión temporal. De manera clásica los estudios antropológicos eran estáticos, utilizando el presente etnográfico para describir la vida de una sociedad. Especialmente famosos son los ingleses de la escuela estructural-funcionalista Radcliffe-Brown y Malinowski. Estos estudiosos partían del supuesto de que las sociedades menos desarrolladas no experimentaban cambios. 

Entonces las dimensiones históricas de la etnohistoria pueden ser aplicadas asimismo de dos maneras: el estudio de puntos del pasado, de momentos históricos; y el proceso de desarrollo de una sociedad. La etnohistoria no es una mezcla de antropología e historia sino es una parte de la antropología que usa fuentes y datos del pasado. Con esta visión los documentos etnográficos, como el que se reseña, pueden ser utilizados como propia fuente etnohistórica. Desde este punto de vista, la obra de Ascencio Franco se convierte en una «realidad temporal», lo que resulta muy importante porque son aspectos de una vida muy particular: la experiencia de vida durante el corto periodo del trabajo de campo de este investigador.

FUENTES DE CONSULTA

Levi-Strauss, Claude, 1964, El pensamiento salvaje. FCE, México. 

Lorandi, Ana María y Mercedes del Río, 1992, La etnohistoria. Etnogénesis y transformaciones sociales andinas. Centro editor de América Latina, Buenos Aires, Argentina. 

Pozas, Ricardo, 1952, Juan Pérez Jolote. FCE, México.

 

Notas

1 Las diferencias más importantes entre la Historia y la Antropología Social, esta última desarrollada bajo el influjo de Radcliffe-Brown y Malinowski, radican en la importancia que se le da a los acontecimientosantecedentes. «Cuando Radcliffe-Brown estaba proponiendo que la Antropología se preocupaba por determinar la “función social” de las instituciones, la Historia se volcaba sobre dos vertientes principales: o bien se ocupaba de los hechos notables sin mayores intereses interpretativos o bien desarrollaba las teorías evolucionistas o difusionistas para explicar las grandes etapas del desarrollo de la humanidad, etapas que a su vez también se distinguen por su especificidad irrepetible...» (Lorandi y Del Río 1992: 11).